Cuando Gary se volvió para ver quién estaba a su lado y tenía interés en la misma espada que él, se sorprendió al ver que era una mujer. Por lo menos, eso es lo que él podía deducir. La cara de la mujer estaba cubierta en su mayoría por una capa que llevaba puesta y también tenía una bufanda negra alrededor de su boca.
Lo único que Gary podía ver claramente eran sus ojos verdes y sus largas piernas bronceadas que sobresalían de la falda que llevaba puesta.
La chica decidió ignorar a Gary y siguió hablando con el tendero.
—Disculpa, ¿cuánto cuesta esta fina espada aquí? —preguntó ella.
—Oh, qué buena elección tiene esta joven dama, llegó ayer y es una arma avanzada extremadamente rara llamada Halcón Blanco. Cuesta un total de una moneda de oro —respondió el tendero.
—¡Me la llevo! —Gary interrumpió rápidamente.
La mujer empezó a mirar a Gary de arriba abajo. Gary ni siquiera llevaba un par de zapatos decentes, no había manera de que él pudiera pagar esa espada, pensó ella.