Las palabras de la mujer sorprendieron a Thomas.
- ¿No debería estar aquí mañana?
- ¿?
Sorprendida por la pregunta la mujer dijo.
- Los guardias dijeron que tuvo asuntos pendientes en la capital. ~
Esas palabras relajaron al tenso Thomas. Dentro de su mente estaba suspirando de alivio sabiendo que su familia aun estaría a salvo por dos días más.
Luego de ello la mujer dejó la habitación. En pocos minutos una chica joven alrededor de la misma edad de Thomas entró.
- Señor. La maestra me ha pedido que le atienda esta noche. Dígame si necesita algo.
Sintiendo curiosidad Thomas preguntó.
- ¿Qui… Quien es ella?
- ¿Hablas de lady Maira? Ella es la dueña del establecimiento.
- ¿E… Ella… También ofrece sus servicios?
El tímido Thomas que por primera vez se interesó en el sexo opuesto soltó la pregunta que más le importaba.
- No.
- ¿?
La respuesta de la joven sorprendió a Thomas.
- Ella no ofrece sus servicios. A diferencia de nosotras ella se encarga únicamente de la administración del lugar.
Mientras la chica hablaba estaba preparando una taza de té.
- Gracias.
Thomas que finalmente se tranquilizó miro la taza de té. Estaba pensando en lady Maira quien cautivó su corazón solo con un vistazo.
- Te recomiendo que no pienses mucho en ella. Todos los hombres que se encapricharon con ella terminaron muertos secos como una pasa.
- ¿?
Era extraño que la chica se refiriera así de Maira. La joven se acercó a Thomas sentándose a su lado. La chica no perdió el tiempo y mientras alzaba ligeramente la túnica sobre su pecho dejando expuesto una parte dijo.
- Si gustas puedo tomar su lugar.
Thomas tragó saliva sin saber que decir. Solo ahora maldecía a su inexperiencia.
- Yo… no puedo.
Ahora mismo su corazón estaba completamente entregado a lady Maira. No podía traicionar su corazón de esa forma. Si era sincero estaba feliz de que ella no fuera una cortesana.
Talvez él sea la persona que la saque de esta vida. Solo de pensar en la idea de tener una familia con ella puso feliz a Thomas.
Viendo que sus avances eran rechazados la chica hizo un puchero. Sus pechos eran grandes y su trasero también. Su rostro tampoco estaba mal y no perdía mucho contra Lady Maira. ¿Por qué la rechazaron?
De hecho, esta chica era muy hermosa. Su rostro que todavía guardaba un poco de inocencia acompañado de su peinado de niña la hacían lucir muy linda. Lastimosamente para ella Thomas no estaba interesado en cualquier mujer.
La noche pasó en un abrir y cerrar de ojos. Esa noche los guardias recorrieron todas las calles buscando al intruso. Incluso se hizo un boceto del rostro de Thomas en base al testimonio de los guardias desmayados y los que lo descubrieron.
Al amanecer lo habitantes de la ciudad reconocieron al tipo de la foto informándolo a los guardias. Al final se armó un cartel de se busca con la apariencia exacta de Thomas.
La guardia también se intensificó y se comenzaron a inspeccionar las casas y establecimiento.
Thomas no tenía escapatoria, tarde o temprano darían con su paradero.
*Kaboom
Las puertas se abrieron de par en par y muchos soldados entraron al burdel.
- Buenas tardes caballeros, lamento informarles que aún no estamos en horario de atención, por favor vuelva dentro de un par de horas.
Una de las cortesanas no prestó atención a los guardias y los invitó a retirarse.
- ¡Señorita déjese de juegos! ¡Vamos a realizar una inspección minuciosa del lugar! ¡Así que necesito que llame a todas las personas dentro del establecimiento!
La chica fue abrumada por el aura del guardia quien no se vio afectado por sus encantos.
- ¡Nadie va a revisar este lugar! ~
Una voz que podía derretir huesos robó la atención de todos. Los guardias masculinos estaban emocionados de ver a una belleza como ella en este tipo de lugar. Lo que Maira no esperó es que alguien sea inmune a su encanto.
- ¡Señorita déjeme decirle que estamos bajo las órdenes del señor! ¡No puede evitar la revisión!
Sorprendida Maira habló.
- Invitados no deseados, aun no estamos atendiendo. Espero nos comprenda. Solo somos mujeres indefensas intentando ganarse la vida. Aquí no escondemos nada. ~
Maira hizo una seña con sus manos que fue entendida por una joven quien se retiró.