Una vez acabado este asunto Merlín miró a la inconsciente Lena. Esta mujer se esforzó demasiado intentando resistir a ese tipo.
Intentó buscar en entre la multitud a un guardia de confianza hasta que finalmente vio al hijo de Frederick.
- ¡Oye, tú!
- ¡!
Volteándose levemente el hijo de Frederick se señaló.
- ¡Si tú!
Sin dudarlo dos veces corrió hasta estar frente a Merlín solo para arrodillarse al segundo siguiente. La última vez que lo vio dejó un gran impacto en su memoria y ahora le tenía aun más miedo.
- ¡Señor dígame en que le puedo servir!
- Llévala a mi mansión de inmediato y entrégala a la Camila mi sirvienta personal. No intentes abusar de ella o tocarla de más.
El tipo asintió y agarró a Camila como princesa solo para salir disparado como un cohete después. No quería ser intimidado de nuevo por Merlín.
Merlín quien vio este acto se volteó para ver a Olivia quien estaba temblando de miedo. Queriendo ser consolada Olivia se lanzó hacia Merlín abrazándolo en el lugar.
Algunos hombres que vieron el espectáculo sintieron rabia y lloraron sangre. Olivia era una mujer muy hermosa que atrajo la atención de todos los hombres por donde pasara. Pensaban que ahora que Lena se había ido ellos tendrían alguna oportunidad de acercarse. Después de todo Lena cargaba la insignia de la casa del marqués y una espada lo cual los asustaba.
- No te vayas… quédate conmigo… por favor~
La voz de Olivia era prácticamente un susurro que amenazaba con romperse en llanto en cualquier momento. Mis brazos se movieron inconscientemente abrazándola fuertemente. El esbelto cuerpo de Olivia que estaba temblando empezó a volver a la normalidad.
Olivia quien fue correspondida con el abrazo se sintió segura. Solo ahora su mente trajo a relucir las palabras "Mis mujeres" que mencionó Merlín antes.
¡Yo tengo una oportunidad!
La mente de Olivia había generado un concepto de amor dirigido a Merlín. Si el no hubiera aparecido entonces habría sido llevada por ese gordo.
- Ya que Lena se fue. ¿Qué tal si te acompaño? Podemos considerarlo como una pequeña cita.
Las palabras de Merlín fueron algo que Olivia nunca se esperaba tomándola completamente por sorpresa. Algo intrigada alzó la mirada con una risa coqueta en su rostro. Finalmente vio a Merlín algo avergonzado mirando hacia las cosas que había comprado.
Esta vista era algo que Olivia nunca olvidaría en su vida. Feliz por ser apreciada dijo.
- ¡Si! ¡Me encantaría!
La pareja esta vez recorrió las tiendas de la ciudad donde Merlín tuvo que dar su veredicto durante horas sobre ropa. Si era sincero no le molestó en absoluto ya que pudo ver una nueva parte de Olivia.
Olivia también tenía una gran sonrisa en su rostro. Le gustaba todas las cosas lindas que le dijo Merlín. También compró lencería sexy en secreto cuando Merlín estaba distraído. A diferencia de las otras chicas que tenían ropa interior provocativa, ella carecía de ello siendo mucho más recatada.
Recientemente se dio cuenta de la importancia de encantar a un hombre por consejos de su tía. Ya no quería perder ante la princesa quien se llevaba toda la atención de Merlín solo con aparecer ante él.
Sin darse cuenta los dos llegaron frente a la casa de la mamá de Olivia.
*TOC *TOC
*Chirrido
La puerta de la casa se abrió. La madre de Olivia vivía en una casa de madera algo alejada del centro de la ciudad. Por lo que ambos tuvieron que caminar un buen trayecto para llegar a este lugar.
- Si… ¿Quién…es?
La madre de Olivia se congelo en el lugar cuando vio a su hija. Su apariencia estaba desgastada algo con el tiempo con pequeñas canas que adornaban su cabello, pero manteniendo un cuerpo que podría despertar el deseo de un hombre aun con su edad. Se podían ver muchas similitudes con respecto a Olivia. La señora no parecía una mujer mayor y en su lugar podría hacerse pasar como la hermana mayor de Olivia.
- ¡Hi… Hija!
Las lágrimas caían del rostro de la señora mientras abrazaba a su querida hija. Durante estas semanas ambas habían mantenido el contacto mediante cartas. Desde que Olivia fue atrapada como esclava dudaba incluso de poder ver a su madre de nuevo.
Olivia solo le dijo a su madre que ahora la mansión requería de sirvientas a tiempo completo y no podía salir libremente.
Este recuentro entre madre e hija hizo que un sentimiento de falta se apoderara del corazón de Merlín. Su madre nunca lo abrazo o consoló. Solo lo atormentaba con latigazos y golpes. Sus compañeros de escuela también disfrutaban de la presencia y cariños de sus padres mientras Merlín los observaba con envidia.
El sentimiento de ser amado por alguien familiar nunca se dio. Solo en esta vida sintió el amor gracias a Alejandra. Antes solo veía a las mujeres como agujeros donde podría liberar su lujuria. Fue su alter quien lo obligó a tratar mejor a las mujeres y sentía que ese cambio tampoco estaba tan mal.
Que una persona te dedicara su corazón por completo era un sentimiento cálido del que disfrutaba ahora.