Olivia se encontraba dentro de la mansión limpiando los adornos de cerámica de la entrada. Cada día sus trabajos se resumen en limpiar, cocinar y atender las necesidades especiales de Merlín.
Hasta ahora nunca fue abusada o castigada de alguna forma. Se sentía libre y feliz a diferencia de sus compañeros que corrieron con otra suerte al haber sido asesinados a sangre fría.
Hoy era un día especial. Desde que se aumentó el número de criadas podemos tener un día libre a la semana. Al principio Merlín se sintió disgustado ante la idea, pero entre Camila, Doménica y yo logramos convencerlo.
Aunque no podemos salir solas y necesitamos una escolta todavía sigue siendo algo bueno. Finalmente puedo reunirme con mi madre. Durante todo este tiempo solo pude enviarles cartas.
- Señora Olivia seré su guardia el día de hoy.
La voz de Lena sacó de sus pensamientos a Olivia. Merlín era muy cuidadoso y prohibió la interacción masculina con sus juguetes, por lo que todos los guardias que nos acompañan durante nuestro descanso son mujeres.
Merlín no desconfía de las mujeres ya que estaban bajo hipnosis. De quien no confía son en los guardias que pueden abusar de las chicas ya que no poseen la fuerza suficiente para resistirse.
- Está bien. Hoy iremos al mercado hay unas cuantas cosas que quiero comprar y luego iremos con mi madre.
Olivia recibía un pago, aunque no debería ya que era una esclava. Merlín quiso recompensarlas en función de sus esfuerzos y su día libre fue la excusa perfecta para ello.
- Estaré encantada de escoltarla señora Olivia.
- ¿Por qué me llamas señora?
- ¿?
La cara de Lena era de alguien que no sabía por qué le hacían esa pregunta si era algo obvio.
- ¿No es la mujer del lord? Eso la hace la señora.
En vista de este comentario toda la cara de Olivia se puso roja.
¿Ella? ¿la señora del Marqués? ¿Y la princesa?
Su mente divagaba en sus feroces recuerdos de ser asaltada por Merlín. Hasta que recordó algo.
- Me gustas.
¡KYYYYYYYYAAAAAAAAAAA!
¿Tengo una oportunidad?
Olivia se puso de muy buen humor al ser llamada la esposa del señor.
Me esforzaré mucho para que no pueda apartarse de mí.
Ambas mujeres abandonaron la mansión y fueron de compras al mercado de la ciudad.
Muchos comerciantes colocaban puestos alrededor de la plaza exhibiendo sus productos. Estos pequeños puestos de madera eran considerados como un bazar. Las tiendas por otro lado disfrutaban de un prestigio más alto y sus precios eran más elevados asegurando una calidad mucho mayor en los productos.
El mercado antes abandonado se volvió bullicioso casi de la noche a la mañana.
- Venga señorita. Mire estas finas artesanías traídas desde el reino Pearl.
Olivia veía todo con curiosidad hasta que su mirada se fijó en una horquilla para el cabello que tenía un intricado diseño floral que hacía juego con su habitual traje verde de sirvienta.
¿Le gustará?
Por un segundo Olivia se imaginó en la mansión siendo apoyada contra una pared mientras Merlín le acariciaba la mejilla y decía.
- Estas mucho más linda hoy. Esa Horquilla te queda muy bien.
Luego de eso Merlín tomó sus labios. Antes de que pudiera continuar con sus salvajes pensamientos una voz le interrumpió.
*COF *COF
- Señorita, ¿va a querer el producto?
- Ha, ¡Si! ¡También quiero ese!
- Como ordene, serán 8 monedas de cobre.
Apenada por haberse perdido en sus pensamientos Olivia tomó la funda de papel. Luego metió su mano en ella y sacó una de las Horquillas.
- Toma. Creo que te quedaría muy lindo.
Olivia le entregó una Horquilla a Lena que tenía el diseño de una espada. Lena no supo cómo reaccionar a gesto e inmediatamente refutó.
- Señora… Yo no puedo…
- Está bien no te preocupes. Tómalo.
Negándose a recibir de vuelta la horquilla Olivia continuó caminando.
- Linda, mucho tiempo sin verte. ¿Cómo esta tu madre?
Una señora alrededor de los 40 llamó a Olivia. Esta señora no era otra que la tía de Olivia que siempre estuvo dispuesta a ayudarla a su madre y a ella.
- Tía todo está bien. Mi madre ya se encuentra sana.
Inclinándose levemente las dos mujeres comenzaron a conversar.
- ¡Mírate! ¡Ahora eres toda una mujer! Dime. ¿No piensas casarte aun?
Ante la mención del compromiso la cara de Olivia se volvió a poner roja.
- Yo… eso… aun… es temprano.
La voz de Olivia se volvió cada vez más pequeña hasta que se convirtió en un susurro. Si Merlín estuviera presente se había burlado de ella en frente de su tía. Nadie podría resistirse a su linda cara.