A las afuera de la ciudad de Yelowlake
Merlín había esquivado el corte del líder. Para Merlín sus movimientos eran demasiado lentos. Era como si pudiera controlar su velocidad. Lo veía todo en cámara lenta permitiéndole reaccionar de forma rápida.
Sin pestañar Merlín continúo lisiando a cada uno de los bandidos. Estos tipos conocían movimientos característicos de caballeros. El golpe de Thor es algo que solo los caballeros entrenados por un noble podían aprender.
Se requería permiso del reino para impartirlos a los caballeros que eran semi nobles. Encima de tener cierto nivel de influencia entre la nobleza. Alguien estaba detrás de estos ataques y quería descubrir quién era.
Primero los capturaría y los rompería hasta que digan la verdad. Esto sería un juego muy entretenido.
Mi primer juguete de tortura había muerto hace poco y ahora le llegaron muchos. Merlín estaba muy feliz por ellos. Talvez deba de agradecerle a la persona que los envió.
En algún lugar en las fronteras del territorio de YelowLake el barón Spear acababa de estornudar.
- Mi señor. ¿Está seguro de esto?
El mayordomo a su lado lucía algo nervioso. Había sido testigo de los cambios sustanciales en la ciudad desde su partida. Los guardias ahora emitían un aura de fuerza y no holgazaneaban en sus turnos. Las fronteras fronterizas también se intensificaron impidiéndoles iniciar un saqueo.
- Sí. Una vez que la ciudad sea invadida podré iniciar una cruzada con la excusa de eliminar a los bandidos. Su majestad quedará satisfecha con mis logros y me ascenderá. ¡Ese tipo tiene que tener un gran valor para desafiarme!
El barón se había enterado de los participantes de la subasta. Algunos eran nobles con muy poco poder político e influencia. Aunque no sabía quién había sido quien le robó sus bienes solo tenía que tomar la ciudad y encontraría al culpable. Durante el caos nadie se molestaría en cuidar a unos pocos nobles basura.
- Pero si el marqués logra capturar a los…
- Suficiente.
El barón estaba muy molesto el día de hoy. No quería que nada salga más por lo que movió sus propios asesinos para que capturaran sus bienes robados.
Devuelta a las afueras de la ciudad
Merlín había acabado con todos menos con el líder quien estaba cansado. Había liberado cada técnica que tenía, pero no logró acertar ni un solo golpe. Es más, Merlín le realizó pequeños cortes en todo el cuerpo con sus garras sin que él pudiera reaccionar.
- ¡Tú! ¡Cobarde! ¡Se un hombre y no huyas!
- ¡JAJAJAJA!
Merlín se río mientras estaba oculto en la oscuridad de la noche.
- Un bandido hablando de justicia. ¡Que ridículo! Ya que quieres justicia explica cómo un 100 vs 1 es justo.
El líder se quedó en silencio. Merlín tenía razón.
- JAJAJA. Mocoso tienes agallas. Déjanos ir y te prometemos que no atacaremos durante un año. ¿Qué dices?
Sin otra opción no le quedó más que negociar. Merlín lo había estado evitando durante este tiempo. Eso significaba que le tenía miedo.
El líder no pudo evitar realizar un malentendido haciendo que Merlín se quedara perplejo por la cara gruesa que tenía.
Queriendo terminar rápido se mostró.
- Terminemos con esto me quiero ir a divertir con mis belle…
Antes de que Merlín terminara su oración el líder bandido lo asaltó con el hacha otra vez. Esta vez Merlín agarró la hoja del hacha.
El líder miró atónito como su golpe de Thor fue detenido con tanta facilidad. Al momento siguiente lo único que vio fue el cielo estrellado. Merlín lo había enviado a volar con un golpe en el pecho.
La sangre salía de la boca del líder bandido.
- JAJAJAJAJAJA
Pensando que se había vuelto loco Merlín preguntó.
- ¿Qué es tan gracioso?
El líder aun muerto de la risa dijo.
- JAJAJAJA. Originalmente éramos una distracción en este momento alguien ya debió de haber irrumpido en tu mansión.
Los detalles de su misión fueron compartidos a ambas partes por lo que el líder bandido conocía la existencia de los asesinos y los objetivos de búsqueda.
Merlín por otro lado tenía una mirada sombría. Sin esperar a que este tipo continuara con su risa maniática lo golpeó haciendo que se desmayara.
- ¡Frederick!
Desde que el ruido de la pelea se detuvo Frederick había salido con un grupo de guardias para observar al ganador.
- ¡S… Si… Señor!
- Encarcélalos. Inspecciona si tienen pastillas de veneno en sus bocas.
Merlín había leído suficiente ficción para saber de la existencia de pastillas de veneno. Sería mejor no dejar cabos sueltos. No iba a dejar que el responsable salga impune.
Después de eso fortaleció su cuerpo lo más posible y corrió de vuelta a la mansión.