Chereads / Renací como un vampiro en otro mundo capaz de controlar la mente / Chapter 14 - Capítulo 14 – Calabozo parte 1

Chapter 14 - Capítulo 14 – Calabozo parte 1

Tenía curiosidad por ver a los estúpidos sirvientes que intentaron robarme, pero primero tenía algo más importante que hacer.

Después de pelear múltiples veces hoy, ya empezaba a sentir hambre y aunque podía disfrutar de la comida humana no me iba a satisfacer. 

Mi mano aportó suavemente el cabello de Camila exponiendo su cuello nuevamente a mí. Hoy su olor era distinto. El olor floral había desaparecido y en su lugar el olor de una agradable fragancia la remplazaba. 

-  Eres una sirvienta traviesa al usar el perfume de mi difunta madre. 

Pude reconocer el olor desde que estuve en la puerta. Esta sirvienta debió de haber limpiado la habitación de mi madre y haber encontrado el perfume. 

-  Se… Señor yo….

-  Shhhh

Puse mi dedo indicé en sus labios evitando que continuara hablando. Lamí su cuello haciendo que se estremezca nuevamente. Su parte inferior se había mojado ligeramente. Al parecer esta mujer sentía placer en su cuello. 

Mis colmillos crecieron y se enterraron es suave piel. 

-  ¡Ah! ~

El sabor de su sangre era simplemente fantástico. Podría volverme adicto a su sabor si no era cuidadoso. Después de beber lo que creía que era un litro dejé su cuello. Junto a ello un anuncio del sistema surgió en mi mente.

-  Felicidades por adquirir la habilidad cocina

-  La habilidad mordida vampírica sube de nivel (1>2)

La mirada de Camila se puso borrosa y el sonrojo en su rostro era evidente. Las emociones la abrumaban obligándola a mover sus manos a mi rostro. Forzándome me dio un lascivo beso donde nuestras lenguas se entrelazaban una contra la otra asaltando cada una de nuestras bocas.

Separándose para tomar aliento Camila se dio cuenta de lo que había hecho y se alejó de mí en pánico. La pérdida de sangre abrupta le afectó inmediatamente haciendo que cayera al suelo. Antes de que pudiera caer la atrapé de la cintura y la traje a mi abrazo.

Cargándola como una princesa la llevé a mi habitación. Aunque era sádico y la había violado no significaba que fuera irracional o malvado, ese fue su castigo y como mi mujer y juguete sexual debía tratarla un poco mejor. El sexo pasional era mucho mejor que uno sin sentido en donde una sola parte quería llegar al clímax. Poco a poco iría ganándome su corazón con pequeñas acciones mientras la obligaba a experimentar el cielo.

Dejé a la sonrojada Camila en mi cama y le di un suave beso en la frente. Antes de salir de la habitación le dije.

-  Descansa un poco.

Cerré la puerta y me fui con dirección al calabozo. Este espacio era subterráneo al igual que la tesorería. La diferencia era que el calabozo era un espacio independiente del de la tesorería y que se encontraba al otro lado de la mansión. 

Mientras recorría los pasillos y escaleras no pude evitar ver que todo está realmente impecable. Camila había limpiado toda la casa de pies a cabeza ella sola lo cual me sorprendió mucho. Incluso los jarrones parecían emitir un brillo como si alguien los hubiera pulido.

Finalmente llegué a un pasillo angosto en donde a mi derecha una pared de piedras contenía antorchas que iluminaban el corredor y a mi izquierda estaban las celdas de las prisiones. Estacionados en la puerta dos guardias yacían rígidos mientras realizaban un saludo militar hacia mí.

-  Descansen. Muéstrenme la celda de los prisioneros.

Inmediatamente ambos asintieron y me guiaron hasta el fondo de la prisión. Al parecer los guardias habían separado en dos celdas a hombres y mujeres. Del lado izquierdo estaban los hombres y a la derecha las mujeres. Todos encadenados por sus muñecas a la pared. Tres personas en cada celda respectivamente. 

En la celda de hombres pude ver a Damián quien ya había comenzado a mirarme con odio.

-  ¿Por qué tiene una mordaza en la boca?

Pregunté. A lo que los guardias respondieron.

-  Señor no paraba de gritar y blasfemar su nombre. 

Asentí ante su comportamiento. Aunque carecían de entrenamientos se podía ver que estos eran responsable hasta cierto punto. 

-  Bien primero háblenme de estos dos tipos.

Señales a los hombres con traje de mayordomo atados a la pared.

-  Sus nombres son Sebastián y Andrés. Tienen 30 y 25 años respectivamente. Ambos sin familia o pareja sentimental. Fueron descubiertos en el bar del pueblo tomando e invitando bebidas para todas las personas dentro. Logramos decomisar más de 1000 monedas de Oro por cada uno, una casa cerca de la puerta sur de la ciudad y otra en el lado este que fueron valoradas en 100 monedas de plata cada una. 

-  El Oro recaudado fue llevado a la tesorería mi señor.

Asentí ante sus palabras por lo que empecé a hablar.

-  Me ahorraré mis palabras y me saltaré directo al veredicto. Sebastián y André asaltaron la tesorería de un noble Marqués y sustrajeron una gran suma de dinero que pertenece al territorio. Serán empalados vivos y exhibidos en la plaza de la ciudad.

Ante su cruel destino ambos objetaron inmediatamente.

-  ¡Mi señor por favor perdónenos! 

-  ¡Le juraremos lealtad absoluta y nos convertiremos en sus fieles sirvientes!

Sin querer escuchar más dije.

-  Amordácenlos.