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Chapter 66 - Niebla azul de la apatía

Niebla azul de la apatía

Partimos poco después, no quedaba mucho del pueblo en el que habíamos acampado, con suerte no nos encontraríamos con los responsables pronto. Muy a mi pesar, la fuerza de nuestro grupo no era nada impresionante. Como mucho nos podríamos defender de un grupo pequeño de soldados invasores.

Mientras cabalgábamos, los caminos silenciosos solo me generaban desconfianza, era extraño no encontrarse con bestias, algo me estaba poniendo la piel de gallina, ¿los demonios se habían encargado de todas las criaturas de la zona? ¿Por qué estaban los caminos tan tranquilos?

Pese a la extrañez del asunto, parecíamos estar seguro, pero, no estaba seguro de si estábamos bajo la influencia de alguna ilusión, ya había vivido una situación similar en la montaña donde encontré una quimera por primera vez.

Por si acaso, preparé varias formulaciones rúnicas para reaccionar en cuanto me fuese posible, no serían tan fuertes como el arco etéreo, pero su poder era suficiente para ganar tiempo.

—Algo está mal —dijo Carlo mientras avanzábamos.

Se detuvo a tomar un puñado de tierra y luego se hizo un corte en la palma. La sangre fresca que usualmente atraería a las bestias no parecía hacer efecto, además, en cuanto tocaba el suelo desaparecía.

—Hayato, ¿tienes algún hechizo capaz de dispersar la niebla? —preguntó mientras observaba los alrededores.

Incluso si no veía niebla, decidí hacerle caso a Carlo y entonces creé una formulación rúnica simple. Combinando la runa de condensación y la runa de Sylph, ordené al viento en los alrededores reunirse en un solo punto, lo cual finalmente reveló una niebla de tono azul pálido.

—Tienes buen instinto Carlo —elogié al mercader.

Carlo observó los alrededores cautelosamente antes de responder.

—Tú dudas demasiado —dijo mientras tosía —No parece que seamos algo que buscan, pero algo se está ocultando bajo una ilusión.

Ambos volteamos hacia una sed de sangre inmensa, proveniente de lo que parecía ser el origen de la niebla azul.

—Contengan la respiración —ordené, aumentando la potencia de la runa, nos quedaríamos sin oxígeno por un tiempo, pero, al menos, estaríamos a salvo de las ilusiones.

No sabíamos con certeza que esperaba tras la niebla, pero era mejor deshacerse del ilusionista a confiarles nuestra vida ciegamente, lo más seguro es que él fuese el culpable de los caminos desolados por los que marchábamos.

El mundo sin duda se había vuelto un lugar confuso, me daba rabia sentir que no era suficiente para vivir en él, pero, algún día, llegaría el momento en que necesitaría la fuerza para derrotar a demonios tan poderosos como aquellos que acabaron con mis mentores.

De alguna forma, sentí como ese ego arrogante abrazaba mi cuerpo conforme avanzábamos al causante, era un humanoide delgado y larguirucho, estaba en los huesos y su rostro era imperceptible debido a la niebla azúl.

En cuanto se percató de nosotros, la niebla se dispersó, revelando una montaña de cadáveres tanto de humanos como de bestias, además, un olor nauseabundo iluminó la zona.

—Quién diría que me descubrirían tan pronto —mencionó mientras miraba a nuestra dirección, sus ojos vacíos, cuáles perlas negras se fijaron en Carlo. —Pero si es un joven de Izmir, ¿por qué ocultarías esos hermosos ojos? —remarcó mientras caminaba por la niebla dispersándose.

Cuando se acercó notamos la amenaza que estaba enfrente nuestra, era un hombre delgado y musculoso, de cabello negro y puntiagudo, vestía un lujoso traje negro de seda y tenía una hacha de huesos que arrastraba desde su mano izquierda.

Podía notar que era fuerte, eran pocos los demonios a los que había visto generar sus propias armas, además, era uno capaz de usar una voluntad de Lillith que nunca había visto antes.

—Veamos —dijo mientras se tocaba la barbilla. —Dos jovenes de Izmir, Un ejecutor que también parece ser parte de las arañas, una vasalla de los ejecutores, un Jilk y una anormalidad, esto podría ser divertido.

Sonrió, pasando la mano libre por sobre su cabello y posteriormente soplando aquella niebla de ilusiones. Me confié por un momento, solo para darme cuenta de que él estaba enfrente mía.

Posó su mano por sobre mi rostro y me estampó contra el suelo, luego pateó lejos a Kael y lo último que vi antes de ser enviado a volar fue que colisionó con la chofer. Me levanté en cuanto pude y canalicé las alas de Aleph.

—¡Shyun! ¡Te necesito en este instante! 

Esperando la respuesta del espíritu, active el estado rúnico y me abalancé en contra del demonio acompañado por una corriente de viento que dispersaba la niebla, sin embargo, este me vio venir, tomando el florete de la chofer para lanzarla en mi contra.

La atrapé en el aire y me enfoqué en retroceder, a lo que él trató de acabar conmigo con su hacha, por suerte, las runas de contramedida lo enviaron lejos con una ráfaga de aire. Al final, logramos recomponernos y continuamos con el combate.

Ella se abalanzó con el florete listo para embestir en contra del enemigo, usé una formulación rúnica para impulsar su salto, gracias a ello el enemigo pudo ser tomado por sorpresa, aunque solo logramos hacerle una herida pequeña.

Él envió a volar a la espadachina de un golpe y se limpió la sangre con un pañuelo, lancé una daga impulsada por viento en su contra, este la esquivó y gracias a eso tuve tiempo para atacar con la lanza.

Por desgracia, un mago no poseía la fuerza necesaria para dañarlo, bloqueó mi el ataque con su antebrazo y, escuchando el grito de batalla del Jilk, me envió a volar de un puñetazo, suspirando mientras se preparaba para contrarrestar la ofensiva del semi demonio.

—Suficiente —dijo mientras enviaba a volar al Jilk de una sola patada.

La niebla se concentró a su alrededor, imbuyó sus brazos y piernas con ella. Apretó con fuerza el hacha de hueso, la cual también se cubrió por aquel miasma. Luego, nos desafió con un gesto, como si estuviese pidiendo que nos acercaremos.

—Hayato, estoy aquí —dijo Shyun, por alguna razón se veía cansada. No tenía idea de que estaba haciendo en mi inconsciente, pero con ella podría centrarme en atacar.

La chofer recubrió su florete en lo que parecía ser electricidad, para mi sorpresa, la tierra a su alrededor se reunió como arena para protegerla, ¿qué clase de formulación rúnica había logrado aquello? No la había visto dibujar ninguna.

Se abalanzó contra el demonio, acompañado por el Jilk, el cual estaba cayendo del cielo con un ataque descendente. Este logró detener el ataque del Jilk con su mano libre y, con mayor dificultad, logró detener el extraño ataque de la aventurera, pero, para su desgracia, la naturaleza engañosa de esa arena lo llevó a recibir muchas heridas leves.

Jadeando, le hizo un corte a Kael en la mejilla. Esto llevó al semi demonio a atacar frenéticamente mientras observaba los alrededores. La aventurera, todavía dispuesta a pelear, atacó una vez más, pero, antes de poder darle al demonio, fue enviada a volar por un puñetazo de Kael, el cual no parecía estar en sus cabales.

«¿Qué demonios está pasando? No importa, Shyun, cúbreme».

El ether de la zona se reunió a mi alrededor, como ya era costumbre, el arco se posó en mis manos antes de que pudiese darme cuenta. El demonio reaccionó ante este, incluso si no podía sentir ether, el arco emanaba una presión desbordante.

Se abalanzó a atacarme, por suerte, Shyun se podía encargar de esquivar y bloquear con viento, mientras yo iba preparando una flecha elemental cargada por completo.

Uno, dos, tres… unos siete segundos era lo que tomaba formar aquel proyectil de fuego azul brillante. Apunté hacia los pies del demonio, este trató de evitar el proyectil, pero, la onda expansiva, sin duda terminaría dañándolo.

Gracias a mis acciones descuidadas, terminé con quemaduras en el brazo derecho, dolían como nunca, pero eran mejor que estar muerto. Observé aterrado como el enemigo parecía estar ileso, su hacha había sido carbonizada y su traje estaba arruinado desde el lado izquierdo del chaleco, pero, más allá de eso, no parecía haber recibido un daño significativo.

—Ese era mi traje favorito, ustedes sí que son un grupo complicado —comentó tranquilamente, mientras desviaba un ataque sorpresa de Shizu y una arremetida combinada de la aventurera y Kael.

»Pero, eso solo hace el asunto más entretenido.

Repentinamente, el mundo pareció retorcerse, todo giraba y empezaron a darme náuseas, traté de atacar al demonio, pero, cuando creía haberle dado, resultaba que él siempre estuvo a mis espaldas. 

Incluso si trataba de adaptarme, él simplemente cambiaba el funcionamiento de la técnica. Disparé una flecha de fuego azul nuevamente, la cual para mi desgracia terminó dándole a Kael, lo que terminó dejándolo fuera de combate por un tiempo.

Cerré los ojos tratando de recomponerme, Shyun se encargó de guiarme a través de los ataques del enemigo, pero, antes de que pudiéramos darnos cuenta, todos habíamos sido lanzados al aire.

El puño derecho del demonio se cargó del miasma azul, con él que desató un puñetazo lo suficientemente fuerte como para terminar de incapacitar a Shizu, reduciéndonos a dos combatientes.

La aventurera se recompuso rápidamente y logró mantener un intercambio de golpes duradero, todo gracias a su extraña técnica de arena.

—Hayato, observa con cuidado —dijo Shyun, preparando una técnica similar al arco etéreo.

Todo parecía ir con normalidad, sin embargo, a la mitad del proceso invocó tres esferas de llamas a los alrededores y, a un metro del arco, una runa de condensación fue trazada. La flecha fue disparada, cubriéndose de las esferas de fuego para generar un pequeño proyectil de plasma rojo, el cual logró atravesarle parte del brazo al demonio.

Shyun se desplomó incluso estando dentro del inconsciente, por mi parte, un fuerte dolor de cabeza similar al de la primera vez que usé el ether constantemente se hizo presente. No cabía duda, esa extraña técnica era algo peligroso para alguien de mi nivel, usarla seguramente causaría un daño del que sería difícil recuperarme, pero, era mejor sufrir el riesgo a morir.

Replicando la técnica de Shyun, me dispuse a atacar al demonio, este reaccionó rápidamente, lanzó a la aventurera en mi contra y se alejó de un salto. Evité a la aventurera, concentrándome en escuchar mientras apuntaba, en cuanto este apareció y estuvo a mi alcance, disparé nuevamente, causándole una herida en el estómago.

Por desgracia, no podía lanzar ese ataque otra vez, el agotamiento de la técnica era tal, que me sorprendía estar de pie tras usarla dos veces seguidas. No quería ni imaginarme usarla sin el apoyo del estado rúnico.

—Tch, me retiraré por esta vez —dijo, absorbiendo los cadáveres con la niebla azul.

Los demás trataron de detenerlo, pero, no tenía caso. Esperé pacientemente hasta dejar de sentir su presencia y entonces finalmente pude ceder, cayendo al suelo por culpa del agotamiento.

Cómo era costumbre, tras el agotamiento terminé en el reino mental, todo parecía ser igual, hasta cierto punto. El trono de Shyun se encontraba vacío, al buscarla pude encontrar una especie de torre de magos, la cual estaba cubierta de quemaduras y trazos, junto con notas del lenguaje rúnico.

Todas giraban en torno a la eficiencia entre el poder y el consumo de energía de la técnica, todo el tiempo estuvo tratando de crear una versión de la técnica que incluso yo pudiese usar, suspiré, observando que incluso el espíritu inmaterial se encontraba reposando en una banca.

Abandoné la torre y esperé a que la oscuridad me tragara, así volvería al mundo real, para cumplir con mi deber.

—Shyun… me volveré más fuerte, sin importar lo que pase.

»Cuenta con ello.

Pasaron los días mientras estuve inconsciente, los efectos adversos de la técnica fueron aún mayores a lo previsto. Podía escuchar voces levemente, la oscuridad por la que viaje, por lo que parecieron ser unos minutos, más bien resulto ser un viaje de tres días.

Cuando abrí los ojos, lo primero que vi fue el rostro preocupado de Shizu. Estaba dentro del carruaje, ella, junto a Jessica y ocasionalmente Carlo, se habían encargado de cuidarme, Shizu incluso me había recostado en su regazo.

Apenado traté de moverme, sorprendiéndome al darme cuenta de que mi cuerpo se negaba a obedecerme, con su ayuda, pude sentarme. Tras un día entero con dolor, finalmente recuperé parte de mi movilidad.

Ese día, me juré a mí mismo no usar la técnica hasta hacerme digno de ella. Mis entrenamientos durante la recuperación se volvieron más intensos que nunca, no solo se trataba de aumentar la resistencia, mi intención era dominar el ether de una zona específica.

Debía crecer, si quería sobrevivir. Y entonces, finalmente llegamos a nuestro destino.