Chereads / Cronos: Tale of the dark adventurer / Chapter 1 - La vida de Hayato Endou

Cronos: Tale of the dark adventurer

🇳🇮Mazhira
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Synopsis

Chapter 1 - La vida de Hayato Endou

El sonido del arco tensándose invade mis oídos, la sensación de la cuerda, la vista atenta a mi objetivo. Suspiré levemente y disparé… para mi mala suerte erré, la flecha golpeo uno de los bordes de la diana. pesé a que la flecha golpeo la diana, no sentí satisfacción.

Tomé otra flecha y volví a centrarme, respiré para concentrarme, tensé la cuerda y apunté, mis manos temblaban y el arco se movía, listo para disparar solté lentamente la cuerda y…

Repentinamente sentí un golpe en mi hombro, errando mi tiro calamitosamente.

—Oye Endou ¿Cómo vas?

Enojado volteó a ver quién me golpeó, era mi amigo Volund Lorgell, aunque entre amigos lo llamamos Gell, un idiota de cuidado.

—¡Vaya!, de verdad que tu puntería es mala.

Al escuchar eso rechiné los dientes y golpeé su hombro.

—¡De no ser por tu culpa no habría fallado, Idiota!

Gell retrocedió un poco, levantando sus manos.

—Vamos, no te enojes tanto, vine a darte las buenas nuevas.

Respiré para calmarme y arrebaté una carta que sostenía en su mano izquierda.

—¿Eh? Vas en serio, yo quería contarte.

—¡Callate idiota!... veamos. El gremio se enorgullece de notificarles a los aspirantes para ser aventureros, Hayato Endou, Volund Lorgell y Aoi Momozono, que su solicitud para convertirse en aventureros… ¿¡Ha sido aceptada?!

Cuando terminé de leer se la entregué a Gell, el la dobló y luego guardó en su bolsillo.

—Si, yo también me sorprendí al leerlo. Solo falta contárselo a Aoi, no he podido encontrarla, ni siquiera por el restaurante del padre de Jessica. ¡Oh! Antes de que se me olvidé.

Gell sacó una insignia de su bolsillo y me la entregó.

—Toma, la recepcionista me pidió que les entregara sus insignias en cuanto los encontrasé.

Observé la insignia que me entregó Gell, tenía grabado mi nombre y el emblema del gremio de aventureros Sakura, este era un árbol de cerezos.

—Eh, así que esta es la insignia del gremio, es raro… la insignia de mi tío tiene un color magenta y un aspecto cristalino.

Gell ladeo la cabeza.

—¿En serio no lo sabes?

—¿Saber qué?

Gell suspiró.

—Mira Hayato, los aventureros son clasificados en siete rangos diferentes, estos son: Bronce, Plata, Oro, Diamante, Mythril, Adamantita y Titanio.

Observé mi insignia, esta estaba hecha de hierro.

—¿Qué significa una insignia de hierro?

Gell empezó a jugar con su insignia, lanzándola al aire y luego atrapándola.

—Significa que no tenemos rango, al ser aventureros principiantes ni siquiera hemos aprendido a usar algún poder primario.

Colgué mi insignia en mi cinturón y con una gran sonrisa extendí mis manos al cielo.

—Aún así, hemos dado el primer paso para ser aventureros ¿No estás feliz también Gell?

Gell empezó a reírse.

—Sí, lo estoy. Venga, vamos a buscar a Aoi.

Tomé mi arco y repuse las flechas del carcaj.

—Sí, vamos.

Salimos de los campos de entrenamiento repletos de aventureros entrenando, durante nuestra caminata recordé una conversación entre el padre de Gell y mi tío.

—Por cierto, ¿tu padre sigue trabajando en ese proyecto del que hablaba con mi tío?.

Gell llevo su mano a su barbilla, como si estuviera intentando recordarlo.

—¡Oh! ya recuerdo ¿Te refieres al prototipo Hydra?

Toqué mi barbilla.

—Pues no se el nombre, pero eso significa que está trabajando en ello ¿no?

Gell llevó las manos a su cabeza.

—Si, se encerró en su taller hace una semana, parece que el proyecto es más difícil de lo que él creía.

Miré hacia los lados buscando a Aoi, si bien había muchas personas caminando por las calles del pueblo ninguna se parecía a ella.

—Ya veo, por cierto. ¿Dónde se habrá metido esa chica?

Aoi no estaba por ningún lado, ni en su restaurante favorito en el distrito, tampoco en las tiendas de ropa, ni siquiera en la iglesia en el centro de la ciudad.

—Hay que ver, es una fiel de la iglesia de Lumis y no está ni en el templo ¿alguna idea de donde puede estar?

Gell cruzó los brazos y se detuvo a pensar.

—Hmm, si no estaba ni en el restaurante ni en la iglesia… puede que haya salido a reunirse con los líderes de su familia.

Me detuve a ver una armería.

—A veces se me olvida que es una noble.

Gell empezó a rascarse la cabeza.

—Sabes que técnicamente tú también eres un noble ¿no?

Miré una repisa llena de dagas, había perdido la única que tenía hace un par de días, así que decidí entrar a comprar una. Gell simplemente estaba siguiéndome.

—Bueno, mi madre era una noble, pero el tío Yamato dice que no estoy listo para esa vida.

Gell se acercó a la dependiente para tomar una daga de la repisa, yo saqué mi monedero, estaba revisando mi presupuesto.

—Sabes, creo que la familia de tu madre piensa que estas muerto, es raro que un noble no sea llamado a esas reuniones.

La dependiente me entregó la daga para que la inspeccionase, la daga tenía acabados dorados en el pomo y un mensaje grabado en el centro de la hoja.

—Por lo que se el tío Yamato se encarga de esas cosas.

Cuando me dijeron el precio fui a la caja y le entregué dos piezas de oro.

Gell parecía preocupado.

—Aún así, ese destino te alcanzara en algún momento sabes.

Coloqué la daga en el bolsillo de la antigua y salimos de la tienda.

—Bueno… intento no pensar en ello. Desde que mamá murió, simplemente decidí vivir como un aventurero, al igual que mi tío.

Gell me dio una palmada en la espalda.

—Supongo que esta bien, tampoco te rompas la cabeza pensando en ello.

Empecé a reír.

—Si, al parecer a veces puedes tener la razón.

Gell se sorprendió.

—¿Tan estúpido crees que soy?

—¿Quién sabe?

Después de eso separamos nuestros caminos, ya que Aoi estaba ocupada esperaríamos su regreso para darle las noticias.

Tomé el camino más corto hacia mi casa, era un callejón cercano al distrito comercial, así evitaba rodear todo el mismo.

Si bien era un lugar oscuro generalmente estaba desierto, había usado el atajo tantas veces que dejé de temerle... aunque siempre salía corriendo al escuchar el más mínimo sonido.

Usando el atajo llegué hasta la salía sur del pueblo, mi tío y yo vivíamos en una cabaña situada tras una bifurcación sin faroles, por ello siempre llevaba una linterna de aceite conmigo.

Cuando llegué a las afueras de la cabaña me di cuenta de que todas las luces estaban apagadas.

«Parece que el tío Yamato salió, tendré que cocinar algo... que pereza».

Abrí la puerta, siendo recibido por un gato pardo con líneas de color negro en un patrón alrededor de su cuerpo.

—Hola, Loki ¿cómo te has portado?

El gato se acurrucó en mi pierna.

—Miau

El gato simplemente maulló esperando su comida, fui a tomar un trozo de carne del ahumador y lo tiré al suelo para que lo comiese.

Luego calenté el fogón y calenté agua, solo sabía hacer una receta simple de sopa.

Corté las verduras y la carne, esperé un par de horas y luego me serví el caldo en un tazón.

Mientras comía observé la pintura de mi madre, estaba partida en dos, una mitad tenía a mi madre usando un kimono antiguo y la otra en la que se supone estaba mi padre se perdió hace mucho tiempo.

Ahora que recuerdo cuando mi madre murió por su enfermedad, simplemente me abrazó y dijo.

—Estoy segura de que tu padre estaría orgulloso de ti.

«Aún te extraño... ha pasado tanto tiempo desde tu muerte ¿Sigues orgullosa de mí?».

El sabor de la sopa se agravó por culpa de mis lágrimas. Terminé mi comida y caminé hasta mi cuarto para dormir.

Empecé a soñar, en el sueño era un gran aventurero, adorado por todo el mundo, pero… al final de todo, no fue más que un simple sueño.

Desperté siendo sofocado, Loki era un gato gordo y se había dormido sobre mi pecho, me levanté de la cama, lavé mi cara y tomé mi equipo. Un arco, un carcaj lleno de flechas, una pechera de acero con un par de brazaletes, rodilleras y la daga que compré recientemente.

Tomé aire estando fuera de la cabaña y tomé rumbo al pueblo.

«¿Qué debería hacer hoy?».

Caminé hasta el concurrido distrito comercial usando mi atajo, luego simplemente tendría que tomar tumbo al este y llegaría al gremio de aventureros.

—Oye niño, ven a dar un vistazo.

Un mercader me habló, tenía un extraño artefacto con borde metálicos, en él podía reflejarme como si fuese agua, pero era más claro… casi perfecto.

—¿Qué es esto señor?

El mercader lo acercó a mi rostro.

—Esto es un espejo, lo obtuve de algunos nobles que tuvieron mala suerte en sus viajes ¿te interesa?

Miré atentamente el espejo, mi cabello castaño casi llegando al negro desarreglado, mis ojos rasgados, mi tez clara y mis ojos negros se reflejaban con total claridad.

Tomé mi monedero y lo hurgué, comprar la daga redujo mis ahorros, tenía un par de monedas de oro para gastar, pero no estaba seguro de querer perder todo mi dinero.

—¿Cuánto vale esto señor?

El hombre se puso feliz.

—Si me das diez monedas de oro es todo tuyo.

Empecé a reír nerviosamente.

—Verá, es que no tengo tanto dinero.

El comerciante apartó unas telas y sacó uno mucho más pequeño.

—¿Entonces que tal este? Te lo daré por una pieza de oro.

Tomé el espejo y le entregué el dinero.

—Seguro que a Aoi le encantara, si no es el caso siempre puedo quedármelo.

Continué mi caminata.

—¡Hayatoooo!

Recibí un golpe en la espalda que casi logra hacerme caer, tras eso volteé a ver hacia atrás.

—Vaya, tan escandalosa como siempre Aoi.

Aoi poso sus brazos sobre su cintura.

—¡Así es como soy! ¿has visto a Gell? No logró encontrarlo por ninguna parte.

Volteé a ver hacia delante, Gell estaba escondiéndose tras un barril.

«¿Ahora que hizo este?».

Señale el lugar donde Gell se estaba escondiendo, parecía que su alma había abandonado su cuerpo.

Aoi volteó a ver rápidamente, Gell se ocultó tras dar un pequeño grito aterrado.

Empecé a reír a carcajadas mientras Aoi empezó a perseguirlo por todo el lugar, parecían un par de payasos corriendo por las calles.

Cuando finalmente se calmaron me acerqué a ellos.

—Y bien ¿por qué estaban tan enojada con este imbé… digo con Gell?

Aoi se veía bastante molesta, daba mucha risa por lo pequeña que era en comparación a nosotros. Gell era el más alto de todos, así que dupla parecía una de comediantes.

—Este tipo tiró una piedra a mi ventana— Dijo mientras empezaba a golpearlo. —¿Tienes idea de lo enojado que estaba mi padre?

Parecía que Gell había estado inconsciente desde hace un rato.

—Una pie… puff, jajaja ¿por qué harías eso Gell?

Gell regresó a sus cabales, se le notaba decaído.

—Solo quería llamar su atención.

Aoi se molesto y empezó a darle pequeños golpecitos.

—Si querías hacer eso hubieses tirado una piedra pequeña, esa cosa tenía el tamaño de mi cabeza.

No pude evitar dar una carcajada al escuchar tremenda estupidez, no cabía duda de que ese era mi amigo.

Siguieron con su riña por un tiempo, mientras tanto me mantuve riendo como un loco.

—Oye Aoi ¿Gell te contó las noticias?

Gell se levantó del suelo, estaba muy maltratado.

—He intentado hacerlo.

Aoi estaba confusa.

—¿Noticias? ¿de qué estás hablando?

Gell sacó la carta de su bolsillo y la sostuvo frente suya.

—bla,bla,bla, gremio de aventureros, hmm... ¿Qué? ¿¡Hemos sido aceptados!? ¿Por qué no me lo dijeron antes?

Gell habló.

—Yo estaba ocupado recibiendo una paliza que me propinaste y Hayato acaba de encontrarnos.

Aoi recibió su insignia y emocionada la colocó en su collar.

—Oye Aoi ¿estás segura de querer colgar una insignia en un collar tan valioso?

Aoi caminó hacia el bosque.

—Pues claro, ahora mismo soy una aventurera, estoy orgullosa de ello.

Era un poco frustrante que ella estuviese más emocionada que yo.

Gell miró a Aoi caminar a lo lejos.

—¿A dónde vas?

Aoi señaló el bosque.

—¡Es obvio! Ahora mismo ¡Iremos a cazar en el bosque!

Ella estaba muy emocionada, no podría detenerla, aunque quisiese hacerlo.

—Podemos intentarlo, pero hay que ser precavidos ¿Tienes suficiente energía para curarnos?

Aoi miró hacia otro lado.

—¿Curar? Eh… yo todavía no… no puedo… curar.

Gell retrocedió.

—¡Eh! ¿Todavía no puedes curarnos? Se supone que los sacerdotes de Lumis se entrenan desde pequeños para evitar la muerte de los aventureros.

Aoi empezó a juntar sus dedos.

—Bueno… la última vez que lo intenté, bueno… no salió bien.

Ella estaba nerviosa.

«Supongo que debo interferir... aunque preferiría no hacerlo».

Caminé delante de Aoi dándole un golpecito en el hombro.

—Vamos, simplemente tenemos que evitar ser heridos, no hay que tomar riesgos.

Aoi estaba conmovida, al parecer no poder usar el poder Lumis para tratar las heridas afectaba su moral, Gell nos siguió.

Había bosque rodeando toda la aldea, pero los terrenos de caza del gremio se encontraban en la salida este de la aldea.

Aoi alzó los brazos y luego llevo su brazo izquierdo a su cintura, señalando la zona de cacería.

—Vamos, para empezar, cacemos algo.

Observé los alrededores, muchos grupos de aventureros novatos estaban reuniéndose para cazar.

Gell se acercó.

—Así que no somos los primeros aquí.

Observé al resto de aventureros.

—Por supuesto que no, fuimos los últimos en ser aceptados, tampoco estaba en mis planes cazar apenas fuésemos aceptados

Aoi y Gell se adelantaron para hablar con el representante del gremio de aventureros que custodiaba la salida este del pueblo.

Observé a lo lejos, ellos estaban acostumbrados a lidiar con el papeleo.

Una chica de cabello rojizo corto pasó a mi lado, hablaba con un chico de cabello plateado, por alguna razón quedé engatusado al verla, no pude evitar mantener mi vista sobre ella hasta que salió de mi rango de vista.

«¿Qué me pasa? Tengo que reunirme con mis compañeros».

Gell me llamó desde la lejanía.

—Oye Hayato, solo falta que tú le muestres la insignia para que nos dejen pasar.

Me acerqué a ellos y le mostré mi insignia al guardián.

—Hmm… Parece que todo esta en orden, pueden pasar pequeños.

Nos adentramos en el bosque, el aullido de un lobo se escuchó a lo lejos, mi cuerpo temblaba por la emoción.

«Es la primera vez. Finalmente somos aventureros en toda regla».

El aullido se escuchó a uno de nuestros costados.

«¿Qué? Eso se escuchó demasiado cerca».

Gell gritó.

—¡Hayato prepara tu arco!

—¿Qué?

Gell empuñaba un hacha de combate entre sus manos, listo para defenderse. Por su parte Aoi tenía una pequeña maza de acero.

Volteé a ver hacia un lado, una manada de lobos se estaba acercando a toda velocidad.

Al ver las fauces de uno de los lobos gruñéndome empecé a sudar frío, el miedo recorrió todo mi cuerpo.

Tomé mi arco, mis manos temblaban, mi vista era borrosa, pero disparé.

//Fin del capítulo 1//