Chereads / Cultivación prohibida (+18) / Chapter 246 - Eliminatorias (IV)

Chapter 246 - Eliminatorias (IV)

–Aah. No muerdas mis pezones– me quejo.

–Dulce venganza– se burla Song. Quizás ayer me pasé un poco. Solo un poco.

Me tiene atado. Sus preciosos ojos verdes me miran con intensidad cuando se incorpora. Sus mullidos pechos pecosos se balancean tentadores Su pelo naranja cae libre sobre sus hombros y espaldas. Incluso acaricia mi costado. Hoy no lleva trenza. Está también preciosa así.

–¡Aah! Eres muy rencorosa… ¡Aaahh! ¡Aaahh! Pobrecito…– se burla Shi. Aunque no sé si de mí o de ella.

También estoy atado, como mi yo de Song. Me monta. Sentada sobre mí. Su pelo negro cubre parcialmente sus modestos y sugerentes pechos. Dándoles un toque de misterio. Sus intensos ojos azules no dejan de mirar los míos. Su precioso cuerpo queda expuesto en todo su esplendor.

Se mueve con suavidad arriba, abajo y a los lados. Sus manos sobre mi pecho. Acariciándome con suavidad y algo de lujuria.

–Sabes, tus músculos están más marcados que hace un año. No son muy grandes, pero son fuertes. Y atractivos. Me encanta acariciarlos– me dice seductora.

–¡Ja! ¡Y yo soy la rencorosa!– se mofa Song.

Ayer le dije algo similar a Shi mientras estaba a mi merced. Sobre su suave piel. Sus pechos. Sus nalgas. Me la está devolviendo dulcemente.

–Je, je. No he dicho que fueras la única– ríe Shi.

–¡Es porque se lo merece! ¡Mmmmmmh! Es un pervertido. Siempre tan dura… ¡¡¡Aaaahhh!!!

Finalmente, ha introducido mi miembro dentro de su vagina. Se detiene unos segundos cuando llega hasta el fondo. Me mira con una sonrisa traviesa. Y empieza a moverse mucho más agresivamente que Shi, salvaje.

Está algo inclinada sobre mí, pero no del todo. Sus pechos oscilan tentadores. Sus manos también sobre mi pecho. A menudo pellizca mis pezones. Retándome con la mirada.

No deja de mirarme. Excepto cuando se pega a mí. Besándome. Dejándome sentir el contacto de sus pechos apretados contra el mío.

Shi también me besa de tanto en tanto. Muy dulce hoy. Aunque también me pellizca alguna vez. Entre risas. Y con un "te lo mereces". También me pasé con ella ayer en ese aspecto. Aunque no le pellizqué. Solo los mordía. Supongo que me merezco su venganza. Aunque no sé si me merezco su amor. Su devoción.

–Eres preciosa– le digo Song. Mi otro yo se lo dice a Shi casi al mismo tiempo.

–Siempre tan injusto…– se queja Shi, que me vuelve a besar.

–¡No te va a servir de nada!– asegura Song, aunque también me besa.

Durante varios minutos más, las dos siguen abusando de mí. Ojalá fuera más tiempo. Acaban jadeando sobre mí. Besándome. Llenas de mí. Riéndose de que parezco agotado. Aunque ellas no estén mucho mejor. Sus espasmos al correrse por última vez han sido bastante fuertes.

—————

Me quedo mirando el primer combate de Ye Bi desdel pie de la zona de combate. Dentro de poco, me toca a mí. Es largo como casi todos sus combates. Vence con facilidad. Sin ser forzada a depender de sus talismanes.

Sé que quiere evitar usarlos si puede. Es un tanto injusto para ellos, pero son las normas. Entre combate y combate, otros pueden recuperar el qi. Ella, si ha gastado talismanes, tiene también que rehacerlos. Lo que la puede dejar en desventaja para los siguientes, al poder recuperar menos qi.

Finalmente, es mi turno. Salto para subir a la tarima. Es una pérdida de tiempo dar toda la vuelta para tres escaleras. Mi adversario las usa. Quizás estaba más cerca.

Se acerca dándose aire con el abanico. Como si hiciera calor y no fuera un arma letal. Sus bordes están terriblemente afilados.

–No está mal para un novato. Felicidades por llegar hasta aquí– me saluda Tan Yuan en tono condescendiente.

Evidentemente, sabe que es superior a mí. Bueno, lo es si no uso mi verdadero poder. Con qi de la etapa dos, no sería lo mismo Todas mis técnicas, incluida la de movimiento, serían más efectivas. Dado que no puedo, es inútil volver a pensar en ello.

Yo simplemente lo saludo con la breve inclinación protocolaria. Sé que le gusta enzarzarse en una batalla verbal. Es algo que no se me da bien, creo. Aparte de con las chicas, no es algo que haya tenido la oportunidad de practicar. Y suelo perder miserablemente contra ellas. Así que es mejor evitarlo.

Él chasquea la lengua y saluda. Supongo que le ha fastidiado que no respondiera.

–Empezad– anuncia la árbitra.

Inmediatamente, circulo qi en mis pies para ejecutar la técnica de movimiento. Me lanzo hacia él. Sé que si me mantengo a distancia, solo seré un blanco fácil para sus ataques a distancia.

Lo observo atentamente. Eso me permite esquivar, moviéndome hacia un lado, un filo de qi en forma de media luna. El segundo también, aunque pasa apenas a un centímetro de mi hombro. El tercero, me veo obligado a bloquearlo con el bastón, lo que frena mi carrera.

El impacto deja las cosas claras. Necesito más qi para bloquear que el que él usa para atacar. Sus ataques son sumamente precisos y condensados. Yo aún no soy capaz de controlar tan bien el qi. Aun así, quiero intentar combatirlo. De hecho, resulta excitante.

Cinco medias lunas a la vez me fuerzan a bloquear con Rotación Suprema. La membrana de qi que se genera al rotar el bastón es insuficiente, y tres de ellos la sobrepasan. Aunque las ha frenado y debilitado.

Logro esquivar una. Las otras dos me alcanzan en el brazo, aunque es solamente un leve corte. Gracias a Armadura Interior, apenas afecta al escudo. Pero si continúa así, perderé sin ni siquiera alcanzarlo una vez.

Lo peor es que no logro acercarme. No solo sus ataques me frenan, sino que su movimiento es más rápido que el mío.

Así que intento alcanzarlo alargando el bastón. No importa el consumo de qi.

Él bloquea con el abanico con facilidad. Sonríe y me mira con desdén. Sé que le gusta provocar a sus contrarios. Claro que, ¿acaso no sabe lo que he llegado a sufrir como esclavo? Sería un chiste si me enfadara por una tontería así.

Suelto el qi. Así que la extensión del bastón se desintegra. La vuelvo a crear cuando la posición hace que le venga desde el otro lado. Y a los pies. Es un desperdicio de qi, pero ¿qué opción tengo?

Salta un tanto sorprendido, cuando la extensión explota. Eso lo desestabiliza y empuja. Ya no sonríe tanto. Lo mejor es que, por unos instantes, he interrumpido su acoso. Eso me permite acercarme. Atacar directamente con el bastón. Habiendo añadido qi para que vibre. Para ejecutar la técnica Golpe estremecedor.

Él ha recuperado la posición. Bloquea con el abanico. Frunce un poco el ceño. En la otra mano brilla el qi. ¡Mierda!

Siento el roce del qi en mi cabeza cuando me agacho. De no haber sido rápido, me habría matado. Metafóricamente hablando, claro. No es un golpe letal, pero se habría cargado el escudo. Si no todo, poco le faltaría.

Cuando quiero contratacar, se ha alejado un par de metros. Con mi bastón, bloqueo otra de sus medias lunas, mientras él se aleja más. Me temo que, si sigue así, no volveré a alcanzarlo. Antes lo he tomado algo desprevenido.

Acumulo qi en mis pies para saltar hacia delante a gran velocidad. Es un movimiento arriesgado, pues me es casi imposible cambiar de dirección.

Varias medias lunas llegan hasta mí. Logro bloquear casi la mitad. De las que quedan, la mitad apenas me hacen unos rasguños. La otra mitad, tres, resultan muy dolorosas. Aprieto los dientes. Mi escudo casi ha bajado a la mitad. Pero he llegado hasta él.

Parece un tanto nervioso. No tan seguro de sí mismo. No esperaba mi temerario avance cuando él estaba retrocediendo. Ha reaccionado demasiado tarde para esquivarlo.

Me bloquea con su afilado abanico. No me preocupa que haga una muesca en el bastón. Al fin y al cabo, no es mío. Y no creo que el combate dure tanto como para que tenga que preocuparme. Mejor ahorro el qi que pueda.

La velocidad de mi movimiento lo empuja un poco hacia atrás. Aprieta los dientes. Aunque su otra mano vuelve a brillar con qi. Esta vez, suelto el bastón, tras impulsarme con él hacia delante. Añado qi a mi puño, que impacta en su mejilla izquierda. Lo he cogido por sorpresa. Daño su escudo al menos un 10%.

A pesar de ello, no logro interrumpir su ataque. Me cubro con ambos brazos para bloquearlo. Duele. Mi escudo está a menos de un cuarto. Aunque logro recuperar el bastón con el pie.

–¡Maldito seas! ¡Me las vas a pagar!– amenaza, con la mano en su mejilla. Vaya, al final ha sido él el provocado.

No me da tiempo de intentar ir hacia él. Media docena de medias lunas de qi se abalanzan sobre mí. Me obligan a retroceder. Y otras tantas se aproximan. Intento esquivar hacia un lado, pero mi trayectoria es bloqueada.

Si tuviera mejor control de qi, quizás podría ir de frente. Bloquearlas, anularlas mientras avanzo. Pero sé que es insuficiente. Además de que mi escudo está muy bajo. Unos pocos impactos más y seré derrotado.

De repente, el número de medias lunas se dobla. Cortando todas las escapatorias. Solo puedo ir hacia atrás, pero más y más llegan. Su gasto de qi es enorme, pero estoy totalmente acorralado.

Sigo retrocediendo. Intento bloquear algunas, pero el resultado es el mismo que al principio. Es decir, más bien pobre. Además, ahora ataca con más.

Acabo llegando al borde de la tarima. Más de dos decenas de medias lunas me acosan. Tres cuartas partes cortan mis retiradas. Las que quedan van hacia mí. Suspiro. He perdido. Y no tiene sentido recibir el impacto y el dolor. Salto hacia atrás. Con eso esquivo los ataques, que impactan frente a mí. Y también he salido de la plataforma.

–Ganador, Tan Yuan– anuncia la árbitra.

La verdad es que resulta un tanto frustrante. Sabía que no tenía posibilidad. Y desde el principio del torneo mi intención era entrenar. A pesar de ello, perder es decepcionante. Incluso sin darme cuenta, quería ganar. Supongo que, consciente o inconscientemente, todos soñamos con ganar. Hay que mirarlo por el lado bueno. Tendrán que animarme y mimarme. Me hace sonreír al pensar en ellas.

Vuelvo a subir a la tarima. Saludo al vencedor. Él no dice nada. Solo me devuelve el saludo. Aunque me mira fijamente. No parece haber el mismo desdén que al principio. Claro que entonces podía ser una estrategia.

La victoria ha sido clara. Pero al menos he podido darle un buen golpe. Ha sido extremadamente satisfactorio. Lástima que haya sido solo uno.

Resulta realmente reconfortante escuchar los ánimos desde las gradas. Por mucho que también sea un tanto vergonzoso.

Respiro hondo. Sonrió. Aunque sin mirarlas. Eso solo empeoraría las cosas.

A decir verdad, me siento bastante satisfecho con el resultado. Antes de empezar el torneo, no creía realmente que pudiera llegar a las eliminatorias. En solo un año desde que soy estudiante, he logrado incluso pasar los preliminares y la primera eliminatoria. El progreso ha sido enorme.

Sin duda, ha ayudado mucho tener tanto qi disponible para entrenar. El apoyo de las chicas. Su colaboración. Sus entrenamientos. El maestro de bastón. Fen Huan.

Ahora, ya puedo lanzar con bastante fluidez las técnicas con el extra de qi residuo de los golpes. Los combates me han ayudado a consolidar lo que he aprendido en los entrenamientos. Sin duda, ha sido provechoso.

Aunque, a pesar de todo, me hubiera gustado ganar.

—————

–¡Le has dado un buen golpe a ese engreído! ¡Bien hecho!– me anima Bi Lang.

–¡Ja, ja! ¡La cara que ha puesto!– se ríe Bei Liu.

–Has estado bien. Mejor de lo que esperaba– admite Fen Huan.

No suele decir mucho más que eso. Quizás, por ello sus palabras resultan tan motivadoras. El año que viene, seguro que lo haré mejor.

–¿Estás bien?– se preocupa Yan Xiulan.

–¿Cómo no va a estarlo?– asegura Pen, dándome algunos golpes en el pecho. Su mano se acaba quedando tocándome. Acariciándome sobre la ropa.

–¡Eh! ¡No te aproveches!– protesta Bi Lang.

––¡Ja, ja, ja!–– se ríen varias de ellas

–Gracias por animarme todo el torneo– no puedo evitar confesar, sonriendo.

–¡Ah! ¡Por fin lo reconoces!– me abraza Bei Liu.

–¡Somos las mejores!– también lo hace Bi Lang.

–¿Y quién se aprovecha ahora?– bromea Pen.

––¡Ja, ja, ja!

–Buen combate– me da Tai Feng un amistoso puñetazo en el hombro cuando consigo librarme de sus deliciosos abrazos. Aún siento su aroma.

–Dentro de no tanto, nos tendréis que animar también a nosotros– sonríe Yawen.

–¡Por supuesto! ¡Yawen es la mejor! ¡Tai Feng un campeón!– demuestra Bei Liu su disposición, incluso saltando.

–Bueno, quizás mejor sin animarnos– suspira Tai Feng.

––¡Ja, ja, ja!

Lo siento por él. Ya está sentenciado.