Han pasado varios días desde que visité a Sai y las demás, y les di los vestidos. Por en medio, hice mi visita semanal a Lin Tao y Guo Xua.
Sus barrigas han aumentado bastante. Se les nota que llevan algo dentro. Algo que cada vez noto con más claridad. La verdad es que me encanta como se les marcan los ombligos.
También ha aumentado el tamaño de sus pechos, en los que se marcan sus venas. Se ven llenos, deliciosos. Me encanta cogerlos. A veces, se sonrojan cuando les digo que han crecido. ¿O es porque se los estrujo? Aunque cuando son más eróticos es cuando follamos y se balancean de un lado a otro. O cuando se corren y se estremecen.
Sus pezones y contornos han oscurecido. No sé si los prefiero rosados u oscuros. Ambos me gustan. No puedo evitar chuparlos. Por mucho que se quejen de que aún no dan leche. Aunque las quejas son entre gemidos. No parece que realmente les moleste.
Están preciosas. Y no son menos apasionadas. No sé por qué otras no tienen sexo durante el embarazo. Ni por qué está mal visto. Ning sugería que buscara embarazadas frustradas. Es una idea interesante. Espera, ¿qué estoy diciendo? No debería escucharla. Es una mala influencia.
Una novedad en la secta ha sido el anuncio de una recompensa por quien encuentre cierto disco de formaciones. El que usó Zhi Ru contra mí. El que está en el Almacén.
Es una buena recompensa. En parte, me gustaría devolverlo para obtenerla. El problema es hacerlo sin levantar sospechas. Además, el dueño no me cae bien. Si le dejó el disco a mi enemigo, no puedo esperar nada bueno.
El problema ahora es quien tengo delante. Es uno de los amigos de Zhi Ru. De los admiradores de la hermana de Chun Hua. Lo he visto de lejos un par de veces. Y tengo informes de los esclavos. Era de los que no los trataba bien. Ahora, desde el cambio de normas, se contiene. Pero no cambia que sea un déspota.
Me ha cortado el paso de repente. No sé qué quiere. Su cultivación es mayor que la mía, como la de Zhi Ru. Aunque estamos dentro de la secta. No hay nada que temer.
–¿Qué quieres?– le pregunto, mostrándome molesto.
–Para un sucio esclavo, tienes muy poco respeto. ¿No sabes quién soy?– se enfada.
¿Qué quiere? ¿Que me arrodille ante él? ¿Que respete a una basura como él?
–Ni idea, aparte del que me está cortando el paso. Tengo cosas que hacer, así que date prisa– me muestro impaciente.
Evidentemente, miento. Sé quién es. Aunque no qué quiere. Por no hablar de que me cae mal. Igual sería más prudente ser más sumiso, pero ya lo he sido mucho tiempo. Además, con gentuza como él, mejor plantarles cara. Se envalentonan si creen que les tienes miedo.
–¡Maldito esclavo!– exclama, levantando la mano.
Yo lo miro sin inmutarme. Si me pega, solo dolerá. Él tendrá problemas serios. Incluso tendrá que compensarme. Lástima. Se contiene.
–¡Será mejor que no me hagas enfadar! ¡Soy Lin Man! ¡Amigo de Zhi Ru!– exclama, furioso.
–¿Amigo de ese estúpido? No tengo nada que hablar contigo.
Lo ninguneo. Mejor si se enfurece más. Intento rodearlo. Me coge el brazo. Lo aprieta con fuerza. ¿Quizás espera que me duela? Tengo mucho más músculo que la mayoría, por haber sido esclavo. Hay pocos que entrenen el cuerpo en este reino. Además, la cultivación del cuerpo Yin Yang los ha fortalecido. Noto que aprieta, pero nada más.
–¿¡Te he dicho que te podías ir!? ¿¡Qué sabes del disco de formaciones que tenía!?– me interroga.
–Suéltame– le ordeno, con calma, firme, mirándolo a los ojos, desafiante, ignorando sus preguntas.
Él quiere gritarme. Quizás apretar más. Pero estamos en un lugar público. Algunos nos miran a lo lejos. Si hace algo más, podría pedir que actuara el cuerpo disciplinario. Ahora mismo, lo máximo que se ganaría sería una advertencia.
Aprieta los dientes, pero me suelta. Me mira con ira. Pero sigue conteniéndose.
–¿Qué sabes del disco?– insiste.
–¿Qué quieres que sepa de algo que tiene ese idiota? No es precisamente mi amigo– respondo con desdén. Me empiezo a alejar.
–Él y su hermano han desaparecido– revela.
¿Quizás quiere conseguir una reacción de mí? ¿Una pista? ¿Sabe con quién está hablando? Fui un esclavo. ¿Cuántas veces cree que he tenido que actuar como si no supiera nada? Es mejor para los esclavos que lo parezca.
–Es una buena noticia. Mejor si esos dos estúpidos no aparecen más. Mejor aún si no me vuelves a molestar con tonterías– me sigo alejando.
No lo veo, pero puedo imaginar su rostro. Debe estar deseando saltar sobre mí. ¿Quizás he actuado demasiado impulsivo y me he ganado otro enemigo? Bueno, ya parecía odiarme desde el principio. Y si cree que tengo algo que ver con la desaparición de su amigo, no se atreverá a hacer nada. Este tipo de matones son cobardes.
Además, decir que Zhi Ru era su amigo es mentira. Más bien, competían por el favor la hermana de Chun Hua. A las dos hermanas parece gustarles tener su grupo de admiradores. La verdad es que me da igual. Mientras no me molesten. Zhi Ru fue en parte por el problema con su hermano. Aunque a Chun Hua no le debo de caer bien. Ni mis pervertidas. Espero que no vuelvan a crearnos problemas.
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Durante estos días, hemos estado practicando redirigir el qi de los impactos a las técnicas. Consigo dirigir algo así como un 15%, el resto se me escapa. Song y Shi están un poco mejor, aunque no mucho. Las gemelas entre ellas y yo. Soy el quinto.
Han estado practicando sin parar. Usan muy poco qi en los golpes. Así, pueden practicar más. Y presumir de que lo hacen mejor.
Yo tengo más qi, pero menos tiempo. Aunque el qi extra me permite ir practicando técnicas con más requerimientos.
Con Bastón Fantasma, ya puedo extender el bastón varios metros. Usando mi qi. Reusando el remanente de los impactos, está lejos de llegar a un metro.
Explosión de Qi es quizás la que más ha avanzado. No es fácil de entrenar por el requerimiento de qi. Y por eso, yo tengo ventaja. Aunque he llegado a mi límite. No puedo seguir entrenándolo dentro de la cabaña. Un error el otro día causó algunos desperfectos en una pared.
No es muy grave. Pero me lo descontarían cuando deje la cabaña en el futuro, con recargo. Por eso, es mejor reportarlo antes. Me ha costado 10.000 puntos. Y apenas era nada. Estafadores. No quiero ni imaginar que pasaría si fuera más grave. A partir de ahora, solo lo entrenaré en el bosque. Podría intentarlo en la zona de entrenamiento. Aunque prefiero no mostrarlo. Mejor que no sepan que lo puedo ejecutar.
Extensión de Qi es más inofensivo. Y también puede requerir qi. Sobre todo, si dos a la vez atacan la protección. Se gasta más, pero me ayuda a entrenar más la barrera que protege el arma. Y a mí. Podré seguir mejorándolo con la ayuda de las chicas.
De todas formas, el entrenamiento de las técnicas es secundario. Es más importante dominar reusar el qi. Aunque va bien cambiar de vez en cuando. Para mi salud mental. Incluso ellas lo hacen.
Quizás el progreso es más lento de lo que quisiéramos. Pero es continuo. Resulta evidente. Sin duda, eso anima.
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Las gemelas han recibido una carta de sus padres. Parece ser que su tío quiso apropiarse de algunos recursos. Diciendo que se los había dejado a las gemelas. Si ellas no hubieran avisado de antemano, no les habría sido fácil refutarlo. Podría haber dicho que eran excusas.
Los otros encargados de la familia consiguieron pillarlo en contradicciones gracias a ello. Parece que ha tenido algunos problemas. Las gemelas se han alegrado bastante. Y parece que sus padres también. Aunque no lo mostraban claramente.
También había otra carta secreta de su tía, la madre de Wan. Nuestra alquimista ha vuelto a ponerse a llorar. De alegría. Es realmente llorona. Demasiado sensible. Adorable.
Parece que se seguirán comunicando así. Es bueno para ella. Aunque no me ha querido enseñar qué le decía. Sus primas han averiguado que su madre le preguntaba si tenía algún novio. No sabía qué contestar. Ellas se reían.
Aunque no les hacía tanta gracia lo que han dicho de sus prometidos. Parece ser que no han anulado el compromiso. Aunque han pedido explicaciones a su familia. Y sus padres aseguran que no se preocupen. Que se concentren en su cultivación. Que a la larga, lo anularán.
Lo que más las preocupa es que no han hablado de sí mismos. Y la madre de Wan ha mencionado que no están mejor. Están estables. Aunque su salud se deteriora poco a poco. Se la ve frustrada por no saber qué tienen. Cómo ayudarlos. Ojalá pudiéramos encontrar una solución. Pero la madre de Wan es más experta que todos nosotros juntos. Si ella no lo ha logrado, ¿qué podemos hacer?
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En definitiva, estas dos últimas semanas han sido tranquilas. Visitar a mis mamás y follarlas. Sexo con mis pervertidas, Pen, Fen Huan, Shu, Ai, Ken y Di Tao. Por supuesto, sexo con mis chicas todos los días. Entrenar. Copiar páginas. Y algunas pequeñas anécdotas, como el encuentro del otro día con el idiota de Lin Man.
Lo más relevante de estas semanas lo estoy viendo ahora mismo. Las chicas también, aunque desde la mansión. Bueno, a Ning le daba igual. Así que la he traído para que me haga una felación mientras miraba. Luego, se ha puesto a cabalgarme. No está mal un poco de placer mientras. La dejaré disfrutar un rato. También disfruto yo.
Mientras gozo de su servicio, veo como Salcuatro sale del agua. La primera ha sido Saldos. Es la más decidida. Después ha sido Salsiete, que sigue a Saldos a todas partes. Salcinco y Saluno han salido casi a la vez. Salseis poco después.
Es la primera vez que salen del agua por propia voluntad. Hacia la carne que las esperaba fuera. Es señal de que son adultas. Que han desarrollado sus pulmones. Que pueden entrar y salir del agua libremente.
Las chicas se ríen. Saluno pide más. Es la más glotona. Salseis se deja acariciar. Es un tanto mimosa. Y ya estamos acostumbrados a su veneno. Tocar su piel escocería de no ser así. Se supone que, con el tiempo, será más peligroso. También que, si nos vamos acostumbrando a medida que eso sucede, seremos inmunes.
Lo que más nos preocupa es Saltres. Veo a las chicas mirándola. Algunas incluso la animan. Pero no parece querer salir. Siempre ha sido un poco diferente a las demás. Con su piel para empezar. Es anaranjada, en lugar de roja como las otras. Todas con puntos negros.
Sigue nadando en el agua. Ignorando los intentos de tentarla con comida. ¿Estará bien? ¿Puede que madure a diferente velocidad? Al menos, de tamaño es igual que las otras. Todas han crecido mucho desde que salieron de sus huevos.
Mientras, Salseis vuelve al agua. Es la primera en volver. Las otras parecen querer explorar un poco más. ¿Qué hace? Miro a las chicas. La están mirando igual de sorprendidas. Se ha puesto a atacar a Saltres. Bueno, no. No la ataca. La está empujando. Hasta que la saca del agua. Eso sí que no lo esperaba. Parece que son más inteligentes de lo que pensaba. No imaginaba que pudiera tener un comportamiento así.
Escoltada por Salseis, Saltres finalmente llega hasta la comida. Y empieza a morder. ¿Por qué la ha hecho salir? Me resulta imposible imaginar que pasa por su cabecita. Mmmm. Ning me está apretando cada vez más. No aguantaré mucho. No deja de gemir. Se está divirtiendo.
Bueno, al final, han salido todas. Es un alivio. Pensaba que le pasaba algo a Saltres. ¿Igual es perezosa?
Las chicas acaban jugando con todas. Aunque no todas son como Salseis. Que ha vuelto a pedir caricias. Saltres se deja, pero no las pide. Saldos se deja, pero enseguida se va. Las otras, un poco de todo. Está claro que tienen personalidades diferentes. Al principio, las veía iguales en todo.
Bien. Solo me queda acabar con Ning. Para su sorpresa, me incorporo y la cojo de sus pechos. Añadiendo una descarga de qi.
–¡¡Aaaaaaaahh!! ¡¡Amo!! ¡¡¡¡AAAAAAAAAHHHH!!!!
Se corre de nuevo. Aprovecho para empujarla contra la cama. Dejándola a cuatro patas. Bueno, más bien a dos. Sus brazos están ahora extendidos sobre la cama, no de apoyo. Su cabeza sobre la almohada.
Entro y salgo de ella. Sin dejarla respirar. Mientras ahoga sus gemidos. Y acaba teniendo dos nuevos orgasmos. La lleno en el segundo. Aunque sigo usando su vagina unas cuantas veces más.
–Amooo… Aaaahh…– es lo único que es capaz de decir cuando la dejo caer sobre la cama.
Su cuerpo sigue convulsionando medio minuto más. Mientras se muerde el labio inferior. Satisfecha.