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Chapter 20 - El show

La noche ya había caido sobre Buenos Aires y en pleno centro a pocas calles de las peatonales principales y del gran obelisco sobre una calle angosta y concurrida, un cartel azul dibujaba en la oscuridad la palabra "CaballerEn". Dentro la gente se movia de un lado para el otro con evidente nerviosismo. Aquel día se celebraba el aniversario del local y mucho de sus concurrentes habituales habian reservado la entrada con anticipación. Aparte de barra libre los encargados de la discoteca ofrecian diversos tipos de show, que era lo que más gente llevaba a los lugares.

En una esquina apoyado contra la barra se encontraba Numa, llevaba unos pantalones blancos de algodon sueltos un tanto hippies que adoraba y de los cuales le costaba mucho desprenderse. Los miró de nuevo por última vez.

—Deja ya de mirar los pantalones asi, luego te puedes comprar otros.

Zeus lo miraba con reproche.

—Estás haciendo una tormenta de un vaso de agua.– continuó.

—Estos pantalones ya de por si me costaron caros y ya no se consiguen...—añadió Numa claramente ofendido.

—Claro que no se consiguen: están OUT, baby. Ay es que no entiendes nada de moda, con el cuerpo que tienes con un poco de ropa decente—suspiró Agustín evidentemente resignado.

—¿Cómo estás?– preguntó Numa preocupado.

—Bien, es solo una gripe. Todavía puedo bailar, no es nada en serio.

—Tenemos un bailarín extra. ¿Por qué no te vas a casa?—llevaba demasiado tiempo con esa gripe que se negaba a desaparecer pero no quería ser un alarmista.

—Hablas como tu abuela. No es grave, deja de ser pesado. Aparte es una buena oportunidad, la paga es muy buena.

En eso coincidía Numa, el show habia llevado su trabajo tanto en vestuario como en coreografia pero por lo menos le pagarian muy bien y eso era lo que contaba. Entendía que no quisiese irse.

Un joven alto y moreno, de cabello larguísimo los llamo desde el fondo, deberían comenzar a preparse, quedaba tan solo una hora antes de que les tocase presentarse. Numa echó un último vistazo a la pista de baile, la decoración era impresionante, ambientado en la antigua grecia, idea originaria de Zeus, con algunas estatuas humanas ubicadas en los costados y los camareros desfilando con aquellas telas finas y suaves blancas que poco dejaban a la imaginación. La fiesta sería todo un éxito.

 

 

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Leon miró el reloj un tanto inquieto. Eran ya las 11:30 de la noche, ya habia estacionado el coche y solo esperaba el grupo de Manon. Llevaba un día ajetreado, habia pasado por su casa a buscar algunas cosas y se habia enfrentado nuevamente con su padre, la discusión de siempre y el llanto de su madre. Necesitaba un respiro, aquello no podía continuar asi. Lo bueno era que ya firmaria el contrato y tendría su propio lugar, que como bien había dicho su padre. él estaba pagando indirectamente. 

Leon sonrió suavemente con aire de triunfante. Lo que comenzaba a preocuparle era el tema del trabajo pero aquella noche no queria pensar en nada por el estilo, lo que contaba era que Numa bailaria y por lo que le había anticipado, el show sería muy bueno, quizás no tan erótico como la vez pasada pero bueno. Se moria de curiosidad.

Distinguió la figura de Manon a lo lejos y la de Lucas siguiendole junto con otro joven. Una vez allí estrechó a Manon entre sus brazos para saludarla, luego le extendió los brazos a Lucas pero como siempre la actitud de este era más parecida a la de un asesino en serie que a la de un conocido.

No se lo veia de muy buen humor. Miró de reojo al joven que se encontraba a un costado. Tenia estilo, era relativamente bajo de estatura con respecto a ellos tres pero tenia encanto y estilo, sí que sabia como vestir.

Manon se apresuró a hacer las presentaciones, tras estrechar la mano de Giovanni, Leon no pudo evitar pensar, "otra más se une al grupo!". Seguramente si el joven hubiese podido leer sus pensamientos, lo hubiese insultado pero eso era de lo menos. Ahora que lo pensaba, parecía la antítesis de Zeus.

Miró de reojo a Lucas mientras ingresaban en el local, tenia sentimientos encontrados. 

Lucas estaba de muy mal humor, lo habian traido engañado como a un niño y el muy tonto había caido. Sin poder evitarlo comenzó a buscar a Numa con la mirada, sin embargo al no encontrarlo, lo dio por perdido. Habia escuchado algo de un baile asi que probablemente estuviese en los vestuarios. Lo que le interesaba saber era, porque Leon los habia invitado, después de todo se llevaba bien con Manon pero no eran mejores amigos.

La decoración lo sorprendió, en el ambiente sonaba una música tecno, con momentos donde la música casi parecia desaparecer y solo se escuchaban unas notas músicales arrancadas de un piano, extraña combinación, pensó Lucas.

—Lu –era su hermana.—hay mucha gente ¿no?

Lucas miró distraido hacia los alrededores, aquello estaba casi repleto. Por suerte el escenario estaba dispuesto de tal manera en la pista de baile que desde cualquier lugar se podía divisar bien aquella plataforma. Aunque el de la vez pasada le había gustado mucho más ya que a dos metros del suelo, era muchisimo mejor.

—Lu—la voz de su hermana de nuevo.

—¿Qué quieres?

—Ahora va a salir Numa.

—¿Qué?

—Va a salir Numa, me lo dijó Leon.

—¿Y?—preguntó con una nota baja en su voz.

—Mira y disfruta, eso es todo.

Lucas volvió la mirada, Giovanni se encontraba realmente callado, observaba a los alrededores y de a momentos y se quiso dar un puñetazo a así mismo al darse cuenta lo imbécil que era. Volvió su atención hacia el escenario esperando la salida del joven que se hizo rogar unos cuantos minutos más.

El dj dijo algunas palabras para inaugurar la fiesta y colocó una conocida canción de un grupo techno, mezclada con otra que no podía distinguir muy bien, generando en el ambiente un extraño ritmo que incitaba a la rebelion. El local quedó a oscuras y de fondo se escucho el sonido inconfundible de un arpa. Se preguntó si era una de verdad o si solo era el sonido grabado.

Una luz potente dorada iluminó el escenario, se escucharon unos gritos del público. Los camareros se movian de un lado para otro con las bandejas repletas de bebidas, mientras los espectadores observaban expectante el escenario. 

Su hermana lo codeaba, dos figuras habian aparecido sobre el escenario pero ninguna de ellas correspondía a la de Numa, Lucas se sintió decepcionado. Una segunda luz se encendió, el ritmo lento del arpa iba in crescendo y se dejaba envolver por el incesante sonido de la música tecno en una combinación unica que estremecía. Una de las figuras correspondía a la de Zeus. Ambas figuras levantaron la cabeza mientras las luces bañaban sus cuerpos, arrancando de los espectadores una exclamación ahogada. Una pintura plateada cubria sus cuerpos, incluso el cabello prolijamente peinado hacia atras brillaba como la plata. El vestuario era extremadamente sencillo, unos taparrabos simulados de lo que se suponia era una tela blanca de algodón embadurnada con la misma pintura.

Se movian lentamente siguiendo el ritmo de la música, se dejaban caer sobre el suelo, para levantarse provocativamente, de piernas abiertas y alzando la caderas. Al ritmo de sus movimientos dejaban que sus dedos rozasen casualmente partes sensibles de sus cuerpos, casualidades que los espectadores no perdían de vista.

El codo de Manon una vez más.

—¿Donde está Numa?— preguntó en un susurro.

—¿Y cómo quieres que lo sepa?— contestó su hermano de mal humor. Eso mismo llevaba preguntandose desde que habia comenzado el baile.

Observó que los movimientos de los jovenes se volvian muy atrevidos, el sonido del arpa habia desaparecido y solo quedaba el ritmo incesante del tecno. Un tambor irrumpió azotando la atmosfera creada y los jovenes bailarínes se quedaron estáticos. Las luces se apagaron, la música cesó y a lo lejos volvió a resurgir una nota casi nostalgica de un arpa. Una luz blanca se encendió en el centro del escenario, suavemente la música tecno volvia a inundar el ambiente dando la sensación de inundarlo todo. Allí en el medio un joven se encontraba bañado de una pintura dorada en su totalidad. El tambor sorprendió nuevamente al público sobresaltandolo. Lucas sintio el corazón a punto de estallarle, el joven era Numa.

La música cobró fuerza y ritmo y el joven comenzó a bailar, sus movimientos eran firmes, al moverse daba una impresion de rigidez que era obviamente simulada.

La gente comenzó a moverse, el ritmo era tal que incitaba al movimiento, observó que a diferencia de los otros dos jovenes, Numa vestia unos pantalones blancos teñidos desprolijamente de aquella tonalidad dorada.

—Lu… 

—¿eh?— Lucas estaba demasiado concentrado como para hacerle caso a su hermana.

—¿Quieres un babero?

Lucas no habia escuchado pero tampoco le importaba, se quedó allí embelesado con la figura del joven, con sus movimientos sensuales llenos de erotismo. La canción iba llegando a su fin y no queria perderse detalle, los jovenes de plateado se habian incorporado y esta vez dejaban caer sus caricias casuales sobre el cuerpo de Numa, que semejaba un dios; simulando depositar suaves besos sobre su piel, mientras ondulaban sus cuerpos contra aquella dorada figura.

La canción terminó y los jovenes plateados terminaron la coreagrafia arrodillados a los pies del joven en señal de adoración.

Las luces del escenario se apagaron y volvieron las normales de colores que inundaron la pista rapidamente, una música pegadiza y de moda comenzo a sonar. La magia se había agotado, aquel espectáculo habia llegado a su fin.

Lucas suspiró, se sentia contento de haber venido, el show bien lo habia valido o mejor dicho el bailarín lo habia valido. Manon se movilizó para buscar algunas bebidas, mientras Leon desaparecia con una sonrisa entre los labios.

Giovanni se giró hacia él.

—Mira Lucas, alguien te está mirando.

—Eh?— El joven moreno siguió la mirada de su primo y se encontró con un joven de su misma edad mas o menos, rubio que lo miraba desde la pista. Tenia un rostro dulce, y una evidente timidez al enfrentar la mirada del chico que le gustaba, sin embargo, no era su estilo. Desvió su mirada para no darle falsas esperanzas.

—¿Qué? ¿No te interesa? Pero que exigente que eres, pense que el color dorado de sus cabellos te hinoptizaria!—el tono de Giovanni lo habia dicho todo, ¿tan evidente era que le gustaba Numa? Aunque su primo no tenia ni idea de que el bailarín era un conocido del instituto.

Al rato regresó Manon con las bebidas y a los pocos segundos apareció Leon manchado con un poco de pintura dorada en el pelo, que se ganó una mirada ácida por parte de Lucas.

Agustín y Numa aparecieron tras de él, ambos aún con la pintura sobre el cuerpo. Lucas pareció vivir nuevamente la misma escena dos veces, solo que está vez sabia que Numa era homosexual y que bailaba en ciertos locales.

—Numa, ha sido increible— lo alabó Manon—¿Qué se suponen que representaban?

Ambos dejaron escapar una risita.

Agustín fue el encargado de contestar.

—Se suponia que el niño aquí era el sol y nosotros representabamos la humanidad que adoraba al sol y recibia sus beneficios.

—Aja— respondió la joven.— No me di cuenta.

—Esa era la idea—agregó Numa— pero ese franeleo entre la humanidad y el sol despistaba un poco del tema central .

—Un poco bastante...–—comentó Giovanni.

Numa hubiese jurado que no lo habia visto, giró su mirada hacia él, se encontraba al lado de Lucas pero no parecia que existiese una relación entre ambos.

Un joven de cabellos largos apareció por detras y se lo llevó a ambos de nuevo, Lucas se perdió rumbo a los servicios.

La cabeza le daba vueltas a Lucas, era el segundo trago que llevaba en poco tiempo y se le estaba subiendo a la cabeza. Comenzó a abrirse paso entre la gente para llegar a los servicios, sintió la mano de alguien sobre su brazo. Se giró allí se encontraba frente al joven que minutos antes descubriese mirandolo. Se acercó hasta él.

—Hola, me llamo Sebastian— le dijó al oido.

Lucas lo miró durante unos segundos antes de responderle.

—Soy Lucas, lo siento, estoy acompañado.

El joven le hizó señas de no entender. Se acercó de nuevo para repetirle lo mismo.

El joven hizó un gesto de decepción y se alejó. Lucas se quedó allí unos instantes pensando, ¿no acababa de cometer una tonteria? Era un chico bonito y de apariencia dulce, quizás estaba dejando pasar una buena oportunidad. Volvió a fijar su mirada hacia adelante para salir de allí en busca de los servicios, ya habia sentido la mano de alguien en su trasero. El pasillo que conducia hacia los servicios era demasiado angosto apenas pasaban dos personas, esto le sorprendió.

A la salida se cruzó con Giovanni en el pasillo.

—Te estaba buscando.

—¿Para qué?

Alguien pidió permiso obligandolo a Lucas a apoyarse contra la pared y a Giovanni a pegarse contra su cuerpo. Los ojos ambar del joven lo miraron intensamente. Lucas no supo como ni porque pero en un momento lo estaba rodeando con sus brazos y se estaban besando. Sintió la respuesta del joven italiano, sus suspiros y sus caderas buscando el contacto de las del joven. No podía pensar, sintió las manos de Giovanni deslizarse dentro de su camisa, él siempre queria más. El beso se hizo más profundo, Lucas deslizó una mano entre la piernas del joven para acariciarlo suavemente, y se dió cuenta de que ambos estaban increiblemente calientes.

—Están obstruyendo el pasillo, para eso hay reservados.

Lucas dejó caer ambos brazos al costado de su cuerpo, Giovanni se separó lentamente, con sus manos apoyadas todavía en el pecho del joven. Numa los estaba mirando, Lucas le devolvió la mirada, ¿era su imaginación o estaba enojado?.

Les dirigió una sonrisa suave, ante la sorpresa de ambos Numa se acercó a Lucas para susurrarle algo al oido:

—Hey no sabia que te gustaban tan morenos, sino hubiese tomado un poco de sol.

Se separó y se escurrió por un costado y desapareció en los servicios.

—¿Qué te dijó? –preguntó secamente Giovanni.

Lucas apenas lo miró

—No lo sé, no le entendí.– respondió pero sí lo habia hecho o al menos eso queria pensar.