Al ver la piel de piedra que se rompía automáticamente, la gente alrededor abrió los ojos de par en par por la sorpresa.
—¿Hay un tesoro? Mierda sagrada, ¿realmente hay un tesoro? —exclamó alguien cerca.
¡Si un tesoro sale de una piedra tan masiva, probablemente no será algo simple!
—¿Qué te parece? ¡A eso le llamo suerte! —dijo Salena Carpenter con orgullo.
Ethan Smith también frunció el ceño.
Cuando usó el ojo divino desolado para echar un vistazo justo ahora, no vio nada en absoluto.
—Extraño —frunció el ceño Ethan Smith.
Sus ojos también se fijaron intensamente en la piedra.
La piel de piedra se desprendió capa por capa. Al final, se hizo añicos con un fuerte "¡bang!"
Vieron un enorme arma divina escondida en su interior. El arma era de color negro intenso, lo que hacía difícil ver algo claramente, y no circulaba energía a su alrededor.
—¿Podría ser que el ojo divino desolado no pueda ver a través de ella porque no tiene brillo? —susurró Ethan Smith.
