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—Pruébala —dijo Justin.
—¿Qué pasa? ¿No deberías estar feliz de obtener el Aura de Vida? —se rió Justin.
—Solo estoy pensando en un problema —suspiró Ethan.
—¿Qué problema? —preguntó Justin, desconcertado.
—A lo largo del camino, en efecto he encontrado muchos benefactores. Mi vida antes de los treinta y después de los treinta es como dos mundos distintos —dijo Ethan.
—No, estás equivocado. La razón por la que sientes que siempre te topaste con benefactores más adelante es porque te volviste valioso. Solo entonces estos llamados benefactores aparecieron para ayudarte —se rió Justin y dijo—. Antes de cumplir treinta años, no encontraste estos benefactores porque no tenías valor para ellos, por lo que no vendrían a ayudarte.
—Intenta pensar positivamente. Hay tantas personas ordinarias en el mundo. Si cada una de ellas tuviera un benefactor, ¿no estarían agobiadas? —Justin le dio una palmada en el hombro a Ethan.
—Es un buen punto —asintió Ethan ligeramente y dijo.
