—Al escuchar sus palabras, los ojos de Kathleen Hansen se abrieron de par en par con incredulidad.
—Hace solo un momento, estaban llamando su nombre, ¡pero ahora querían empujarla al peligro!
—Tú... —La cara de Kathleen se volvió extremadamente fea, sin saber qué decir.
—¿Escuchaste eso? Si no cooperas, todos ellos van a morir —El bandido se burló.
—Kathleen apretó los dientes y dijo:
—¡Ni siquiera pienses en tocarme! Si tienes el valor, ¡solo mátame!
—Al escuchar estas palabras, los dos bandidos estallaron en risas.
—¡Los pasajeros afuera estaban aún más furiosos!
—Kathleen, ¿cómo puedes ser tan egoísta?
—Eso es correcto, ¿quieres que muramos contigo?
—Solíamos ser tus fans. Ahora te estamos dejando de seguir.
—¡Date prisa y coopera, o no te vamos a dejar!
—Los gritos de la multitud hicieron que las sonrisas de los dos bandidos fueran aún más intensas.
—Sin embargo, la cara de Kathleen se volvió pálida.
—Apretó los dientes y dijo: