—¡Al ver a Ethan Smith, las caras de las dos Túnicas Blancas cambiaron al instante!
—¿Tú... tú has escapado de la prisión? —tartamudearon incrédulos.
A Ethan Smith no le importaba ellos. Agarró sus cuellos y los arrojó casualmente.
—Vuelve y dile a Davy Barnett, la próxima vez que venga a Villa Luna Verde, le romperé las piernas —dijo Ethan fríamente.
Las dos Túnicas Blancas no se atrevieron a decir más y salieron corriendo.
—Señor Smith, sabía que estarías bien —exclamó emocionada Polly Reeves.
Ethan sonrió débilmente, luego preguntó:
—¿Ha estado todo bien en Villa Luna Verde estos últimos días?
—Nada, solo la Asociación de Artes Marciales de la Ciudad Capital sigue viniendo —respondió Polly.
Ethan asintió, diciendo:
—Estaré cultivando en Villa Luna Verde durante los próximos días, avísame si ocurre algo.
Después de intercambiar algunas palabras con Polly, Ethan se dirigió directamente hacia el manantial espiritual.