A pesar de la distancia a través del teléfono, Ethan Smith aún podía sentir el aura escalofriante que emanaba de Dexter Blair.
—¿Por qué, ha sido destrozada tu defensa? —se burló Ethan.
Con gran ira, Dexter reprimió su furia y dijo:
—¿De qué sirve provocarme? ¡No creo que puedas esconderte en el Pabellón del Alquimista Divino por el resto de tu vida!
—Debes haber oído hablar de mi boda con Emily Taylor, ¿verdad? Jaja, si estás dispuesto a esconderte en el Pabellón del Alquimista Divino, no me importa.
—Ah, por cierto, te diré en secreto —prosiguió Dexter—, después de casarme con Emily, definitivamente la torturaré terriblemente y la haré desear estar muerta.
Esta conversación era claramente un intento de provocar a Ethan.
Ethan dijo fríamente:
—Dexter, no tendrás la oportunidad de casarte con Emily Taylor porque no eres digno.