Al mirar a su exsuegro y exsuegra, la cara de Ethan Smith fue cada vez más disgustada.
No podía entender por qué su relación de tres años se había vuelto tan frágil.
—Vine a ver al abuelo —Ethan aspiró profundamente y dijo.
—¡Mi papá no necesita que lo visites, solo lárgate! —Simon despreció.
Frente al clamor de la multitud, Ethan sintió un popurrí de emociones.
Si hubiera sido en el pasado, habría evadido tímidamente, pero el Ethan del presente no quería vivir esa vida miserable nunca más.
—¿A qué sigues mirando? ¡Largo! —Simon apuntó a la nariz de Ethan y gritó.
Justo cuando Ethan estaba a punto de hablar, el coche de Gary Brown llegó desde no muy lejos.
Cuando vieron a Gary, Brenda y Simon se apresuraron a saludarlo.
—Oh, mi querido yerno, ¿la fiesta transcurrió sin problemas hoy? —Brenda preguntó con un tono adulador.
—Escuché que la familia Taylor quiere apoyar a un joven en la Ciudad del Río. ¡Debe ser mi excelente yerno! —Simon también rió.