Ethan Smith luchaba desesperadamente por detener a Cuthbert Greene, pero las cadenas en su cuerpo le hacían imposible moverse completamente.
Las cadenas eran de un material desconocido, y parecían haber sido imbuidas con alguna técnica secreta. ¡No importaba cuánto Ethan intentara, no podía librarse de ellas!
Pronto, Cuthbert había agarrado el Colgante de Jade, y con un tirón feroz, lo apresó en su mano.
—¡Cuthbert, deja el Colgante de Jade! —Ethan apretaba los dientes, mirando fijamente a Cuthbert.
Cuthbert ignoró a Ethan, mientras jugaba con el Colgante de Jade, examinándolo cuidadosamente de arriba abajo.
—No parece ser nada especial —Cuthbert frunció el ceño.
Sus ojos se estrecharon mientras miraba a Ethan, y con una sonrisa sarcástica, dijo, —¿Podría ser que esta cosa tenga algún significado especial?
Ethan miró furiosamente a Cuthbert, apretando los dientes, —¡Devuélveme mi objeto y puedo darte otros tesoros a cambio!