—¿Qué es eso que tienes en tu mano? ¡Claramente es de ese ladrón de tumbas! Si no lo conoces, ¿cómo podría estar en tu mano? —dijeron fríamente estas dos personas a Ethan Smith.
Ethan Smith miró el altavoz en su mano e inmediatamente se sintió incómodo.
—Bueno... Él simplemente corrió demasiado rápido, y no he tenido tiempo de dárselo, así que sigue en mis manos —explicó Ethan Smith con reluctancia.
—¡Si no lo conoces, cómo podría él dártelo! —respondieron los dos enojados.
Ethan abrió la boca pero no pudo encontrar una explicación.
—¡Ven con nosotros, debes estar confabulado con él! —gritaron furiosamente los dos, con su ímpetu estallando.
¡Tal aura aterradora hizo que Ethan sintiera una fuerte sensación de opresión!
Las habilidades de estas dos personas eran inmensurables, y debían haber venido de alguna familia poderosa.
Pero aun así, Ethan no podía regresar con ellos.