En el momento en que Simon Ingram se quedó en shock, el rayo destrozado ya había estallado en todas direcciones.
—¡No es bueno!
Al ver acercarse el relámpago, la cara de Simon Ingram cambió drásticamente. Intentó esquivarlo rápidamente, pero ya era demasiado tarde.
—¡Boom!
El rayo explotó en su pecho, lanzándolo hacia atrás una distancia desconocida y dejando una larga marca en la tierra.
—¡Pu!
Simon Ingram, tendido en el suelo, de repente escupió un bocado de sangre fresca.
Peor aún, su pecho había sido perforado y estaba cubierto de sangre.
—Esta tribulación celestial... es tan aterradora —susurró Simon Ingram.
Si fuera solo un concurso de fuerza física, Simon Ingram no sería rival para Ethan Smith. En este momento, después de recibir el golpe, finalmente comprendió lo verdaderamente aterradora que era esta tribulación.
La tribulación celestial, como gotas de lluvia, explotaba irregularmente en todas direcciones.