Frente a la fría burla y el escarnio de la multitud, el Subdirector de la Secta no estaba sorprendido, ya que había anticipado tal escena.
De hecho, la comprensión del Subdirector de la Secta sobre la Secta de la Nube superaba con creces la del Primer Anciano.
Él, por supuesto, sabía acerca de los problemas internos y externos que asolaban a la Secta de la Nube, y ya había entendido completamente las ambiciones de la Ciudad Eterna.
A pesar de eso, el Subdirector de la Secta todavía dio la orden de resistir al Plano Norte.
Tal espíritu era, en verdad, digno de elogio.
—Subdirector de la Secta, ¿qué sugiere que hagamos ahora? Si realmente no funciona, tendremos que correr —alguien se burló—. No hay suficiente tiempo y aunque llamáramos a la gente ahora, ya es demasiado tarde.
—Tsk tsk, no esperaba que la prosperidad acumulada por la Secta de la Nube a lo largo de los años fuera destruida en sus manos.
