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Al escuchar la voz de Salena, Clay y Alfred rápidamente cerraron la boca, sin atreverse a molestar más a Salena.
Poco después, Salena llegó al lugar.
Se sentó, tomó una bebida de la mesa y comenzó a beber.
—¿Aún no ha salido Ethan Smith? —preguntó Salena.
Clay y Alfred negaron con la cabeza apresuradamente:
—No, pero su cara ha estado roja todos los días, y suda profusamente.
—¿Sudando? —Las cejas de Salena se fruncieron, dejó su bebida y se dirigió hacia la sala de cultivo.
Clay y Alfred la siguieron de cerca, y los tres llegaron a la sala de cultivo.
Tan pronto como llegaron a la sala de cultivo, vieron a Ethan Smith temblando por todo su cuerpo.
—Mira, esto es a lo que me refiero —dijo Clay con urgencia.
Salena frunció su bonita nariz, miró a su alrededor y rápidamente notó el problema.
—Este chico, ¿no le importa su vida con tal de cultivar? —murmuró Salena.
Ella se puso detrás de Ethan Smith, levantó su pequeña palma, y un aliento de qi se concentró en su mano.