El nombre de Ethan Smith era bien conocido en la Provincia del Sur, con casi nadie que desconociera su existencia o su historial de batallas.
Sin embargo, Alger Marshall no se tomaba en serio a Ethan Smith en absoluto.
Bufó y dijo:
—¿Y qué si eres Ethan Smith? Si puedes derrotar a Philbert Duncan, yo, Alger Marshall, también puedo hacerlo.
Ethan Smith no quería matar a gente inocente; solo quería saldar cuentas con Barclay Marshall.
Por lo tanto, miró fríamente a Alger Marshall y dijo:
—Deja que tu padre me vea, no quiero mover un dedo contra ti.
—¡Jajajaja! —Alger Marshall estalló en carcajadas—. Ethan Smith, si tienes miedo, solo dilo. ¡Yo, Alger Marshall, puedo perdonarte la vida!
Ethan Smith entrecerró los ojos y dijo:
—¿Realmente quieres buscar la muerte?
Alger Marshall gritó:
—Basta de tonterías. ¡Hace tiempo que quería ver tus habilidades! Si tienes agallas, sal afuera y espérame. Mataste a mi hermano, ¿crees que te perdonaré?
