Miró a Ethan Smith con una mirada fría, su rostro mostrando una expresión compleja.
—Has llegado en el momento justo; tengo algo que decirte —dijo Ethan Smith levantándose.
—¿Tienes algo que decirme? ¿Qué, estás tratando de rogar por misericordia? —preguntó el maestro de la secta levantando las cejas.
—La razón por la que tu hijo se me acercó y se jactó fue en noventa y nueve por ciento debido al señor Snider —ignoró Ethan Smith el comentario y continuó.
—¿Por qué dices eso? —se sorprendió el maestro de la secta.
—Porque la persona que más se beneficia del deterioro de nuestra relación es él —analizó Ethan Smith con calma.
El maestro de la secta permaneció en silencio. De hecho, había sospechado del señor Snider desde hace mucho, pero no tenía pruebas.
—Si no fuera por las muchas cosas que has hecho que causaron daño a la Secta de la Nube, no querría matarte —dijo fríamente el maestro de la secta.