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Ethan Smith repetidamente se inclinó para expresar su gratitud.
Mientras tanto, Clay Freeman a su lado abrió los ojos de par en par, aparentemente incapaz de creer la actitud del subastador hacia Ethan Smith.
Abrió la boca, queriendo decir algo, pero fue alejado por Ethan.
Después de dejar la subasta, lo primero que sus ojos vieron fue un vasto desperdicio.
Había rastros moteados de una gran guerra aquí, con el suelo lleno de fosas y baches, como para proclamar la gran batalla que una vez había tenido lugar aquí.
—¿Estaba la subastadora ciega? Me trató con tal actitud, pero fue tan amable contigo, maldita sea! —Clay Freeman maldijo enojado.
Ethan se detuvo en seco, sonriendo. —Simplemente no te tenía simpatía, así que no malgastes tu esfuerzo.
—¡Entonces no compré todas estas cosas por nada! —Clay Freeman resopló.
Interiormente, Ethan se sentía algo afortunado.
