En un instante, el pelo del León Monarca Espiritu se erizó, como si presintiera peligro.
—¡Cállate! —rugió enojado Ethan Smith, mostrando plenamente su poder espiritual. Aunque eran simples puños, ¡contenían una fuerza abrumadora!
—¡Bang! —Este puñetazo golpeó fuerte la nariz del León Monarca Espiritu, y la tremenda fuerza le rompió al instante la nariz.
Su boca ensangrentada y ancha, bajo la influencia de la fuerza externa, se cerró bruscamente y su enorme cabeza golpeó el suelo.
Scott Elliott, que estaba cerca, observó totalmente asombrado, con la mandíbula casi cayéndose.
¿Este tipo es incluso humano? ¿Destrozó la mandíbula del León Monarca Espiritu con un golpe?
Sabía que su grupo de hombres fornidos había usado incontables técnicas, ¡pero no pudieron romper la defensa del León Monarca Espiritu!
—Este chico... ¡ni siquiera usó ningún poder espiritual! ¡Esto es pura fuerza física! —exclamó asombrado Scott Elliott.