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En la colina trasera del Pabellón del Alquimista Divino.
Este lugar originalmente era una colina estéril, pero en este momento, gracias a los esfuerzos de Roy Whitehead, se ha transformado en un lugar de vegetación exuberante y aguas claras.
La luz de la luna suspendida en el alto cielo era la única luz aquí, y las casas distantes parecían haberse dormido ya.
Silencio absoluto.
Ethan Smith estaba sentado en esta colina, perdido en sus pensamientos.
Su mente estaba en desorden, y su corazón estaba lleno de emociones complejas.
Aunque nunca conoció a su madre, la sangre que corría por sus venas, incluso su físico, los heredó de ella.
Ethan Smith quería recuperar el sentido divino de su madre, pero no tenía idea de cómo hacerlo.
Una brisa fría sopló, causando un sonido de susurro entre las hierbas medicinales. Ethan Smith estaba rodeado de aromas florales y herbales, pero no había ni un ápice de vida en sus ojos.