Daphne Green sonrió levemente y dijo:
—He estado en el Pabellón de las Escrituras muchas veces.
Ethan Smith se dio cuenta de repente.
Daphne era una chica meticulosa, y era muy probable que hubiera leído ese libro ya que había estado en el Pabellón de las Escrituras.
—¿Qué sabes? —Ethan Smith miró a Daphne y preguntó.
Daphne dijo:
—Antes de eso, en realidad no sabía mucho, pero después de avanzar a Santo marcial, visité a alguien para pedir información relacionada.
—¿Quién? —Ethan Smith preguntó con urgencia.
—El profeta —dijo Daphne con una sonrisa.
—El profeta... —Ethan Smith murmuró este nombre.
No era la primera vez que oía hablar de esta persona. Las noticias sobre su ingreso al Santo marcial también fueron predichas por este profeta.
Aunque Ethan tenía curiosidad por él, nunca antes había visitado al profeta.
Hay innumerables misterios en este vasto mundo, muchos de los cuales Ethan no podía comprender.
Como las predicciones del profeta cada vez.
