Habían estado esperando los últimos tres días.
Ahora, ¡Yang Luo finalmente había salido de su aislamiento!
—¡Emperador Divino! ¡Emperador Divino! ¡Emperador Divino!... —Todos los presentes estaban emocionados y gritaban con excitación.
En este momento.
Yang Luo se mantuvo en el aire.
Se asomó a su alrededor y se dio cuenta de que todos se habían reunido.
Parecía que la batalla definitiva del Mundo Oscuro había llegado.
Aunque Yang Luo estaba cubierto de sangre, no tenía heridas en su cuerpo. Su esencia, energía y espíritu habían alcanzado su pico.
Los ojos de Ye Luange se llenaron de angustia mientras murmuraba:
—Pequeño Luo probablemente pagó un precio alto para avanzar al Reino Inmortal Verdadero.
Los ojos de Song Zhixin se enrojecieron:
—¡Este gran idiota se puso así de nuevo para volverse más fuerte!
Los ojos de Su Qingmei y de las demás mujeres también estaban rojos y llenos de lágrimas.
Mo Qingkuang suspiró y dijo:
—¡El camino de los fuertes nunca es fácil!
