Uno de los hombres levantó ligeramente la cabeza y dijo arrogante—Mi nombre es Corbett. ¡Este es mi compañero, Cecil! ¡Somos de la raza maya!
—¿Cómo así? ¿La raza maya de los dioses?
—¿Podría ser la civilización perdida... la civilización maya?
—¡Carajo, la civilización maya realmente existe!
Todos exclamaron y los miraron a los dos sorprendidos.
Ellos naturalmente no eran desconocidos con la civilización maya.
Después de todo, incontables expertos y académicos habían estado estudiando la civilización maya durante tantos años.
El ascenso y desarrollo milagrosos de la civilización maya estuvieron llenos de misterio al final.
También había personas que adivinaron que la civilización maya era una civilización de dioses.
No murieron. Simplemente dejaron este mundo.
Inesperadamente, dos personas de repente aparecieron y dijeron que eran de la raza maya.
Esto sorprendió y desconcertó a Yang Luo y a los demás.
