—¡Emperador Divino! ¡Emperador Divino! ¡Emperador Divino!
Bajo el liderazgo de Xiang Kunlun, todos en la Corte Imperial Santa levantaron sus brazos y gritaron.
Violeta, el Templo Dios Asesino, el Reino de la Magia y otras organizaciones que estaban en buenos términos con Yang Luo también levantaron sus brazos y gritaron.
Se produjo un alboroto y el alboroto sacudió el cielo.
¡Bajo los aplausos de todos!
Un joven delgado y alto, con un rostro delicado y ojos que eran como estrellas, salió de un pasaje distante con las manos en los bolsillos.
Ese joven era Yang Luo.
Gran Blanco se sentó en su hombro.
Hasta que Yang Luo entró en el gimnasio.
Los gritos y aplausos de Xiang Kunlun y los demás se volvieron aún más fuertes, como si quisieran desgarrar el cielo.
