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Yang Luo sonrió y dijo:
—No es demasiado tarde para que te arrepientas ahora.
—¿¡De veras?! —Los ojos de Su Qingmei se iluminaron—, entonces rompamos ahora. ¡Después buscaré a otro hombre!
—Adelante.
—Yang Luo entrecerró los ojos:
—¡Mataré a quienquiera que busques!
—Tú… —Su Qingmei pisoteó el suelo con ira—. ¡Cómo puedes ser así!
—Yang Luo abrazó fuertemente a la mujer y susurró en su oído:
— Así que, ya que has caído en mis manos, ¡ni siquiera pienses en escapar! ¡Solo puedes ser mi mujer por el resto de tu vida!
Al escuchar las palabras del hombre…
—El delicado cuerpo de Su Qingmei tembló y su corazón se aceleró. Resopló suavemente:
— ¿Dónde se fue el inocente que eras antes? ¿Por qué te has vuelto tan dominante ahora?
—Yang Luo suspiró y dijo:
—La gente siempre aprenderá a cambiar y crecer…
—Su Qingmei agarró fuertemente la mano del hombre y dijo dulcemente:
