—¡Líder del equipo Xiao, no pierdas la esperanza! —gritó en este momento un sublíder de una organización que había acudido en ayuda—. ¡Cuando nuestra gente rompa el cerco y llegue apresuradamente, aún podremos dar la vuelta a la situación!
—¡Es cierto, Líder del Equipo Xiao. No pierdas la esperanza. Por favor, llévanos de nuevo a la victoria!
—¡Estamos dispuestos a vivir y a morir con la Líder del Equipo Xiao!
Los otros líderes de las demás organizaciones también vociferaron.
—¿Por qué tienen que seguir a esta mujer y ser tan tercos como una mula? —dijo fríamente Morris—. ¡Siempre que estén dispuestos a someterse a nosotros, podemos perdonarles la vida!