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Ye Chen miró el colgante de jade en su mano con una expresión seria.
—A juzgar por esto, lo que sea que esté en el pico de la montaña nevada debe estar relacionado con el Maestro —murmuró—. Él me está guiando.
—Ye Chen, vamos a echar un vistazo —los ojos de Ji Lin estaban llenos de curiosidad.
—De acuerdo.
Los cuatro aceleraron en su viaje. No pasó mucho tiempo antes de que finalmente llegaran al pie de la montaña.
Al pie de la montaña, Ye Chen notó que muchos cultivadores se habían detenido en su camino.
Estos artistas marciales estaban todos susurrando entre ellos, aparentemente sin la intención de subir la montaña.
Ye Chen miró a Leng Yan y le pidió que preguntara a estos cultivadores qué había sucedido.
Él no sabía mucho sobre la situación actual, así que era mejor investigar.
En menos de diez minutos, Leng Yan ya había averiguado todo.
Resultó que una vez que entraron en la cordillera, serían afectados por las leyes de este lugar y su fuerza sería restringida.
