—Xia Ruoxue apoyó sus manos sobre la mesa de conferencias y miró a Su Na, exigiendo:
—Su Na, ¿estás diciendo la verdad? ¿A quién te refieres con Directora Sun?
Contenta, Su Na supo que esa era su oportunidad de vengarse. Con un resoplido frío, dijo:
—Por supuesto que es la verdad. Sun Yi me lo acaba de decir antes, así que puedes preguntarle si no me crees.
Dicho esto, levantó la barbilla y miró con desdén a Sun Yi, su mirada llena de malicia.
La atención de todos se centró en Sun Yi, pero Sun Yi estaba un poco atónita.
Tenía una fórmula, sí, pero era una que Ye Chen había inventado casualmente.
¿Cómo iba a mostrarles una fórmula tan absurda?
Miró a Su Na, quien claramente se estaba divirtiendo a expensas de Sun Yi y esperaba que la primera se avergonzara.
¿Qué debía hacer?
¿Iba a convertirse realmente en el hazmerreír del Grupo Magnífico a partir de hoy?
—Xia Ruoxue miró fijamente a Sun Yi y dijo ansiosamente: