"Ye Lingtian había recibido el poder de la esencia de sangre dejada por el antepasado y casi había absorbido completamente el poder, por lo que podía enfrentarse a muchos de los expertos de las Montañas Kunlun si estaba en su condición máxima. Por lo tanto, no se alejaría de una pelea.
Ye Lingtian miró a Mo Ning y dijo:
—Señorita Mo, debería irse primero. Si tiene la oportunidad de ver al Maestro de la Sala en el futuro, por favor dígale que yo, Ye Lingtian, ¡no fui un cobarde!
Con un grito, las piernas de Ye Lingtian estallaron de fuerza mientras saltaba al aire.
Luego, canalizó su verdadero qi en sus brazos y golpeó desde arriba con su espada. El destructivo qi de la espada atravesó el aire, creando una serie de chispas violentas.
Al ver esto, Huang Lingcheng no mostró signos de esquivar. Simplemente miró a las dos personas detrás de él y dijo:
—¡No quiero ver a esta persona de nuevo. ¿Entienden? ¡Este pedazo de basura no está calificado para respirar el mismo aire que yo!
