—Señor, no estás bromeando, ¿verdad? ¡El Viejo Maestro...! —Ye Chen no tenía mucha paciencia y simplemente dijo:
— Desaparezca de mi vista en un minuto. Además, dígale a Cui Yuan que si no lo veo en media hora, ¡llevaré personalmente la cabeza de su hijo a su puerta!
¡Lárguense! —En el siguiente momento, una enorme ola de energía barrió el lugar, y el hombre viejo desapareció sin dejar rastro en la distancia, dejando solo a Ye Chen y Cui Ruicheng en la habitación.
Estaba extremadamente quieto.
Cui Ruicheng quería decir algo, pero cuando vio los ojos de Ye Chen, no se atrevió a decir otra palabra.
Estaba realmente asustado y solo pudo acurrucarse en un rincón en silencio.
¡Después de tantos años en la Ciudad Danxu, nunca había sufrido tal humillación! ¡Era un futuro maestro de la alquimia de primer nivel, y era el que tenía más probabilidades de romper el récord de la Torre Central!