—¡Ye Chen en realidad quería seguir subiendo las escaleras!
—¿Podría ser que este individuo realmente pensara que podía entrar en la Piscina de limpieza del dragón con su propia fuerza?
—Ye Chen dio unos pasos más. Estos pocos pasos habían agotado realmente el verdadero qi en su dantian, haciéndole sentir muy incómodo. Sin embargo, sabía muy bien que este no era su límite.
Su verdadera fuerza no residía en su nivel de cultivación, sino en sus ases bajo la manga.
—Cerró los ojos.
—Qiu Luocheng naturalmente se dio cuenta de las acciones de Ye Chen —expresó una extraña expresión en su rostro.
—En este momento, toda la Escalera Celestial tembló.
Dado que su dantian se había desmoronado, no pudo resistir los temblores, y escupió otra boca de sangre. En este momento, estaba casi medio muerto, pero se negaba a irse. Todo esto había sucedido por culpa de Ye Chen, ¡así que quería ver a Ye Chen morir!
—En ese momento, notó que Ye Chen había abierto los ojos.