—Puedes ser mi guardián, ¡pero nunca tolero la basura! —después de decir esto, se precipitó hacia la columna de luz verde. Si no se equivocaba, ¡la columna de luz era donde estaba Ye Shitian!
Mientras el Señor del Sacrificio avanzaba, canalizó su verdadero qi en su voz y gritó:
— ¡Todos, diríjanse a toda velocidad hacia la columna de luz verde! En este momento, estaba furioso. ¡El precio que había pagado durante este período de tiempo era simplemente demasiado grande!
La aparición de Ye Shitian no solo arruinó su plan, sino que también destruyó la base que había construido durante tantos años. ¡Este chico incluso se atrevió a burlarse abiertamente de él en su propio territorio! ¡Pase lo que pase, Ye Shitian tenía que morir, y morir horriblemente!
Al mismo tiempo, en las Montañas Jade Verde, dos damas jóvenes cabalgaban en dos monturas, acercándose gradualmente a la Tierra del Sacrificio. Eran Ji Siqing y Ji He.
