—Duan Huai An estaba completamente desconcertado y sin palabras —. ¿Quién habría pensado que su discípulo era el famoso Ye Shitian? ¿Cómo era esto posible? ¿Raíces mortales? ¿Basura? ¿De ahora en adelante, quién se atrevería a hablar mal de su discípulo?
No obstante, había algo que aún no había podido descifrar. Dada la fuerza de Ye Chen, ¿por qué creó el alter ego Ye Shitian? ¿Podría ser que estaba ganando tiempo?
En este momento, Ye Chen estaba muy claro de que tenía la situación bajo control. No importa qué, tenía que matar a Hong Tao hoy. De lo contrario, sería mucho más difícil matarlo en el futuro. Además, no quería que Hong Tao viniera a buscar venganza cuando menos lo esperara.