—¿Raíz del Alma Suprema? —frunció el ceño Ye Tianzheng con confusión.
Cuando estuvo atrapado en la Prisión Fantasma con su esposa, Jiang Rong, durante cinco años, había aprendido más o menos algunas cosas de ella.
Jiang Rong tenía una raíz espiritual que desafiaba al cielo en Huaxia, por eso causó tanto alboroto.
En cuanto a él, tenía raíces mortales cuando fue probado.
A los ojos de aquellos en el mundo de las artes marciales de Huaxia, él no era digno de Jiang Rong, por eso la familia Jiang había insistido tanto en impedir que estuvieran juntos.
Sin embargo, a medida que las cosas se desarrollaron durante los últimos seis meses, se dio cuenta de que no era tan ordinario.
Su hijo, Ye Chen, era aterradoramente poderoso —dijo él—. En tan solo cinco años, había cultivado hasta el punto de poder liberar a Ye Tianzheng y Jiang Rong de la Prisión Fantasma.