—Para Fang Zhenye, la existencia de Ye Chen era una bomba de tiempo, una que eventualmente sería lo suficientemente poderosa como para amenazar su vida.
—Había estado alerta a los expertos o a la secta detrás de Ye Chen, pero después de conocer lo que Ye Chen había hecho —no tuvo más opción que matarlo para eliminar esta futura amenaza.
—Al mismo tiempo, sintió que las probabilidades estaban a su favor. Desde que Ye Chen había aparecido, siempre había estado solo y nunca había dependido del poder de otros para lograr sus objetivos. Esta también era la razón por la que nadie sabía qué experto o fuerza estaba detrás de él.
—Sin embargo, incluso si este joven proviniera de las Montañas Kunlun —sería demasiado tarde cuando el experto o secta descubriera lo que había sucedido.
—La Espada Supresora de Almas en su mano tembló ligeramente y brilló con una luz deslumbrante, como si pudiera liberarse en cualquier momento.