—¡Hermanos menores, ataquemos juntos! —Fang Yuanji dijo rápidamente.
—¡De acuerdo!
Segundos después, tres ataques de palma volaron hacia Ye Chen.
Los ojos de Ye Chen se pusieron serios. Estas tres personas eran aún más fuertes que Lin Juelong, y esto se agravó por el hecho de que estaban trabajando perfectamente en conjunto. ¡Cada golpe iba dirigido a sus puntos vitales! Si no se concentraba, estaría en peligro. Bao Xinhe quería ayudar, pero se dio cuenta de que era imposible para él intervenir en esta batalla dadas sus heridas.
La figura de Ye Chen seguía retrocediendo. Ya apareció una cicatriz en su cuerpo. Quería formar sellos manuales y usar talismanes espirituales, ¡pero estas tres personas no le daban la oportunidad de hacerlo! Gradualmente, Ye Chen fue forzado a una posición desventajosa.
—¡Maldición!
Una sonrisa siniestra apareció en los labios de Fang Yuanji. —Ye Chen, ¿dónde está tu arrogancia ahora?