Además, su hija estaba en estado crítico. ¡Tenía que matar a Ye Chen él mismo para calmar el odio en su corazón!
Aunque había perdido un brazo, creía que sería capaz de derrotar a este niño. Cuando Ye Chen atacó, se dio cuenta de que Ye Chen era solo un artista marcial del reino de transformación del qi.
¡Este último ni siquiera había llegado al reino de la unidad!
¿De qué había que tener miedo?
¡Sin la técnica secreta, este niño era solo un cordero esperando ser sacrificado!
—¡Jod*r, muere! —El anciano Bai formó un sello con los dedos y apareció en su palma una antigua runa de color rojo carmesí.
La runa giró y condensó una impresión de palma, que luego voló hacia Ye Chen. Ye Chen, naturalmente, notó este ataque y resopló fríamente.
—Justo estaba buscándote. Ya que apareciste, es hora de enviarte al infierno —Tan pronto como terminó de hablar, Ye Chen lanzó un puñetazo y la huella de la palma se rompió.
