Después de que Ye Chen se fue, Shen Mengjia se acercó directamente a Shen Haihua. Tiró de su ropa y puso cara de puchero.
—Papá, ¿por qué siento que estás tratando deliberadamente de juntarme con Ye Chen? ¿Por qué debería dejarle mi número de teléfono y por qué debería llevarlo de vuelta, eh? No necesitas empujarme hacia él, incluso si él te curó. Lo pagamos —dijo Shen Mengjia.
Shen Mengjia inicialmente pensó que podría escapar del cliché del matrimonio arreglado. Shen Haihua también le había prometido una vez que no interferiría en su matrimonio, pero ahora la aparición de Ye Chen había interrumpido su promesa.
¡No podía entender lo que quería decir su padre!
Shen Haihua sostuvo ambas manos detrás de su espalda, todavía mirando en la dirección en la que Ye Chen se fue.
Pasó un rato antes de que se volviera hacia Shen Mengjia y le preguntara suavemente:
—Meng Jia, ¿qué piensas de Ye Chen?
Shen Mengjia se sonrojó ante la pregunta inesperada.
