En el momento en que el dedo de Ye Chen tocó la frente de la madre de Du Yunyan, un rayo de luz entró en su cuerpo.
El médico en el avión estaba un poco molesto con Ye Chen, ya que su autoridad había sido cuestionada.
—¡Muchacho, sabes lo que estás haciendo? ¡Vas a terminar matándola! Si no se trata a tiempo, las consecuencias serán mortales. ¡Te advierto, quita tu mano o irás a la cárcel!
Las palabras del médico hicieron que los otros pasajeros en la cabina de primera clase comenzaran a criticar a Ye Chen.
—Niño, ¿eres tú el médico o él es el médico? Si le pasa algo a esa mujer, tú serás el primer culpable.
—¿Por qué hay un loco en primera clase?
La multitud seguía maldiciendo, pero Ye Chen no reaccionó en absoluto.
El primer pensamiento de Du Yunyan fue que Ye Chen estaba haciendo esto por venganza. Estaba a punto de decir algo cuando notó que la expresión de su madre había cambiado repentinamente.