Cinco minutos después, la pareja llegó a una sala de alquimia.
La habitación era espaciosa y había un caldero en el centro de la misma. El grado del caldero no era bajo, y había algunas hierbas medicinales colocadas a su alrededor.
—¿Señor Ye, está bien esto? —preguntó Xiang Chengdong.
Ye Chen asintió. Un momento después, él actuó. Canalizó su verdadero qi y golpeó con la palma en el caldero.
—¡Fuego!
Después de su furioso rugido, la temperatura de todo el espacio se elevó repentinamente y una brillante llama apareció bajo el caldero.
Al ver esta escena, la respiración de Xiang Chengdong se aceleró y se emocionó extremadamente.
—¡Llamas de Píldoras de Condensación de Qi! ¡En realidad he vuelto a ver Llamas de Píldoras de Condensación de Qi!
¡Esta era una antigua técnica de alquimia! ¡El Señor Ye en realidad conocía la antigua alquimia!
La exclamación de Xiang Chengdong en realidad fue bastante fuerte y fuera de lugar.
—Cállate —dijo Ye Chen.