Cuando vio el mensaje de Ying Qing, tanto su respiración como la de Lei Shuwei se aceleraron.
De repente, Lei Shuwei pensó en algo y dijo:
—Si Ying Qing puede enviar un mensaje, ¿por qué solo lo envió a ti? Hay un problema.
Ye Chen asintió.
—Pero ahora mismo, este mensaje es la única pista.
Segundos después, se reveló el contenido del mensaje.
Solo había unas pocas palabras…
—Ye Chen, ¿alguna vez has experimentado la desesperación?
Ye Chen frunció el ceño levemente. Esto confirmó que el mensaje no había sido enviado por Ying Qing.
Ying Qing no lo llamaría por su nombre, y mucho menos escribiría tal tontería aburrida.
Ye Chen intentó llamar, pero el número no estaba en servicio.
—Sr. Ye, este es un mensaje encriptado. Es imposible rastrear la fuente.
