En el cielo, los relámpagos iluminaban las nubes oscuras. Apareció una barrera azul alrededor de Ye Chen.
Los cinco expertos mostraron sonrisas siniestras.
Ye Chen era realmente un sujeto arrogante. La formación que habían condensado definitivamente no era algo que un mocoso como él pudiera soportar.
No importa cuán monstruoso fuera Ye Chen, su nivel de cultivación era limitado.
—Ye Chen, hoy te mostraré el poder de la Formación Devastadora del Relámpago.
—Jaja, pequeño bastardo. No moriste en aquel entonces, pero ahora vienes a entregarte voluntariamente a las puertas de la muerte.
Los expertos del Salón de las Almas sabían lo aterradora que era la Formación Devastadora del Relámpago. Mientras la formación estuviera activada, el relámpago nunca se extinguiría.
Cuanto más fuertes fueran los que la establecieran, más aterrador sería el poder del relámpago.
Hoy, Ye Chen moriría sin lugar donde ser enterrado y la futura amenaza al Salón de las Almas sería eliminada.