El vórtice tenía cien millas de ancho. Ye Chen y los demás solo podían permanecer detrás de él y no se atrevían a acercarse.
El vórtice negro estaba lleno de energía demoníaca y energía de sangre. Era como la entrada al infierno, siniestro y aterrador.
Ye Chen se dio cuenta de que cuanto más se acercaba, más fuertes eran las vibraciones que provenían del Cementerio Samsara.
Este vórtice negro estaba definitivamente relacionado con el Cementerio Samsara, o quizás Lan Xueyue estaba aquí.
Ji Lin miró a Ye Chen y dijo preocupada —Ye Chen, ¿por qué te detuviste? Mira este vórtice. Es demasiado extraño. ¡Vámonos!
El vórtice evocaba miedo en su corazón. Parecía que había una existencia aterradora dentro de él.
—Este lugar parece un lugar de gran peligro.
Leng Yan miró el vórtice con una expresión grave y no se atrevió a dar un paso más cerca. Todos los que lo miraban se sentían inquietos, y tenían la sensación de que morirían si entraban en él.
